Una colección de personajes urbanos, cuya habilidad es sobrevivir a un entorno hostil, habita el libro de cuentos breves Héroes en penumbra (Alquimia), de Martín González Rodríguez.

Inmersos en sus dilemas existenciales, reculan y avanzan, titubean, pero una fortaleza insondable en lo profundo de sus corazones los empuja a seguir su destino tragicómico. Son héroes en el sentido de su epopeya moderna, en su discurrir cotidiano, a veces sin asideros, afirma el autor en entrevista vía correo electrónico.

En torno al libro, integrado por 28 relatos, afirma: Es una odisea moderna. No sé si juego con la realidad o al revés, pero trato de acercarme a ella lo más posible, para que me murmure sus locuras.

Respecto de su labor escritural, González Rodríguez asegura: “Las historias se pueden prefigurar por una frase que escuché, por un rostro singular que vi en la calle, por una situación abrupta. Pero en todo momento busco un conflicto para transformarlo en historia sugestiva que atrape al lector de golpe. Mi literatura siempre va en busca de la realidad, revelarla en su parte más evidente, es decir, en lo que se encuentra visible, pero para el hombre actual, por el vértigo de su vida, pasa desapercibida. Esa es la función central del escritor.

“Mis historias nacen y se desarrollan en la ciudad de México, pero las anécdotas de Héroes en penumbra, de motu proprio, se vuelven universales. Entonces, jamás digo que tal cuento se desarrolló en tal esquina, paralela a tal calle, mejor digo, el hombre, al doblar la calle, se encuentra, de improviso, con la mujer de su sueño. Es más sugerente.”

En el ámbito literario, el también editor se declara lector, entre otros, de Chéjov, de Guy de Maupassant, de Flaubert, de Edgar Allan Poe, de Julio Cortázar, de Juan Carlos Onetti, de Raymond Carver, de Juan José Arreola, de Julio Torri.