No prosperó la apuesta de que se agotaría la voluntad de los insurgentes: ex miembros de Cocopa
el tiempo ha fortalecidosu movimiento
Fracasó la estrategia del Estado para atender los rezagos de las comunidades indígenas, dicen
Domingo 23 de diciembre de 2012, p. 8
La movilización multitudinaria de indígenas zapatistas en la región de los Altos de Chiapas manifiesta la innegable capacidad organizativa del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) y revela en su comunicado mensajes claros y encriptados que no se agotan en una primera lectura, coincidieron Juan Guerra Ochoa y Jaime Martínez Veloz, ex integrantes de la Comisión de Concordia y Pacificación (Cocopa).
Tras la irrupción pacífica de aproximadamente 40 mil mujeres y hombres zapatistas de todas las edades, Juan Guerra Ochoa señaló que la capacidad organizativa y la fuerza orgánica del zapatismo no se han desgastado con el tiempo, por el contrario se han fortalecido y multiplicado, lo cual significa que quienes apostaron por el desgaste y dejar que el tiempo agotara la voluntad de los insurgentes, han fracasado
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El secretario de Agricultura del estado de Sinaloa refirió que la multiplicación de las condiciones de pobreza y marginación de los pueblos indígenas de México expresan que es el Estado mexicano el que ha fracasado, no sólo en su estrategia para atender los grandes rezagos en materia indígena sino, sobre todo, en la construcción de una relación que entienda los problemas indígenas, su concepción del mundo, sus necesidades, sus vínculos con la tierra y los recursos naturales de sus territorios
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Para Guerra Ochoa, este es momento de que el gobierno deje de pensar sólo en los problemas de la macroeconomía, o en variables superestructurales, sino que también atienda la explosividad que significa que más de 10 millones de indígenas subsistan en condiciones de desigualdad, miseria y atraso; debe ser uno de los temas de la más alta prioridad de la agenda del Estado mexicano.
Para Jaime Martínez Veloz, quien ha sostenido por casi 18 años su atención y cercanía con el fenómeno zapatista, el movimiento nunca se ha ido; que la clase política no quisiera verlos o no haya querido asumir su responsabilidad frente a ellos es otra cosa, pero ellos siempre han estado en el mismo lugar, construyendo desde abajo, con organización y dignidad, lo que el poder les ha negado, un mejor destino para los suyos, pese a las limitaciones y carencias materiales que suplen con imaginación y creatividad
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Recordó que el desplazamiento pacífico de los indígenas hace dos días, en las principales cabeceras municipales de los Altos, es producto del desdén de las fuerzas políticas mexicanas frente a los problemas indígenas, sobre todo en su relación con el EZLN. Se expresa en que la Cocopa, que debe existir de acuerdo con lo establecido en la Ley para el Diálogo, la Conciliación y la Paz Digna en Chiapas, no ha sido constituida todavía, lo que habla del desinterés de las fuerzas políticas representadas en el Congreso de la Unión.
Efectivamente, durante los años recientes no se ha realizado una reunión de dicha comisión legislativa, donde haya habido el quórum reglamentario que diseñe una estrategia que permita abordar un conflicto cuya complejidad no es menor.
El comunicado del EZLN lo va a descifrar el tiempo y el curso de los acontecimientos, no se agota en una primera lectura, tiene la virtud de estar encriptado y además de ser claro, encierra oportunidades y advertencia a los gobiernos, y en suma sorpresas y eventualidades. El EZLN no está de vuelta, nunca se había ido, sólo que su cancha no es la electoral sino las causas más sentidas del México profundo.
–¿Aún hay oportunidad de responder al reclamo que está por cumplir casi dos décadas? –se le preguntó.
–Yo lo veo como una oportunidad para generar una iniciativa de gran calado en materia indígena, que indudablemente tiene que pasar por el cumplimiento de los acuerdos de San Andrés, pero al mismo tiempo me parece que es una advertencia, o un nuevo ¡ya basta!, la situación no aguanta más, ocho de cada 10 indígenas viven en la pobreza, mientras los recursos naturales de sus tierras y territorios son saqueados por compañías mineras, privadas y extranjeras.