n las últimas semanas, la educación se ha colocado como uno de los principales temas de la agenda nacional, tras la presentación de la iniciativa de reforma al artículo 3º constitucional por parte del presidente Enrique Peña Nieto, el pasado 10 diciembre, mediante la cual se pretende crear el Servicio Profesional Docente; elevar a rango constitucional al INEE; fomentar la autonomía de gestión de las escuelas e incrementar el número de planteles de tiempo completo; así como crear el Sistema de Operación y Gestión Educativas.
Sin embargo, aún existen muchas dudas sobre si esta propuesta podrá ser la punta de lanza para la transformación educativa
que México necesita, debido a que se requiere hacer mucho más al respecto. Y es que al mirar algunos datos y resultados de algunos organismos internacionales sobre el estado que guarda la educación en nuestro país, el panorama resulta poco alentador: 397.07 puntos en la prueba TIMSS (matemáticas y ciencias) en 2007; 419.89 puntos en la prueba PISA en 2009; apenas 13.74 años de esperanza de vida escolar; una tasa de graduados de 47.02 por ciento en educación media, la cual se reduce a 19.82 por ciento en el nivel superior, y sólo un 17.30 por ciento de la fuerza laboral cuenta con estudios universitarios.
En ese sentido, en 2007 la consultora estadunidense McKinsey & Company publicó un reporte denominado ¿Cómo hicieron los mejores sistemas educativos del mundo para alcanzar sus resultados? En el cual se destaca que los sistemas educativos que muestran excelencia son dirigidos por equipos de gestión, cuyos miembros han tenido una buena formación y han obtenido altas calificaciones en programas de calidad
. Asimismo, se subraya que dichos sistemas han desarrollado estrategias de selección y formación de las personas más competentes para que desempeñen cargos directivos.
En tanto, tres años después, en el reporte ¿Cómo los sistemas educativos que más mejoran continúan mejorando?, los analistas de McKinsey señalan que el liderazgo es esencial para obtener buenos resultados en el ámbito educativo, y hacen énfasis en que existen dos aspectos que destacan de los líderes que impulsan mejoras en los sistemas educativos: la duración de su periodo de gestión, y la continuidad de los procesos, a pesar de los cambios en el liderazgo político y como, a pesar de que el tiempo de gestión de los secretarios de Educación en Inglaterra y Francia es sólo de dos años, esto no ha sido un obstáculo para obtener resultados positivos.
Ante este panorama, dos factores importantes a considerar son: la formación académica, así como el proceso de selección de los candidatos a secretarios de Educación. En este contexto, sólo en Estados Unidos, Corea del Sur e Israel, los aspirantes a ocupar dicho puesto deben superar un proceso de selección en el cual son propuestos en un primer momento y posteriormente son ratificados por el Congreso o por el Consejo de Ministros, en el caso israelí. Mientras que en la gran mayoría de los países, incluido el nuestro, el titular de Educación es elegido mediante designación directa por parte del presidente o primer ministro.
Arne Duncan, secretario de Educación de Estados Unidos, fue nominado por el presidente Obama y ratificado por el Senado en 2009, y logró acceder a su cargo gracias a su amplia preparación académica –graduado magna cum laude con especialidad en sociología por la Universidad de Harvard– y su largo historial profesional estrechamente relacionado con la educación, al desempeñarse durante siete años como director ejecutivo de las escuelas públicas de Chicago.
En tanto que el ministro de Educación de Corea del Sur –uno de los países con mejor desempeño educativo– Lee Ju-ho cuenta con una maestría en Economía Internacional por la Universidad Nacional de Seúl y un doctorado en Economía por la Universidad de Cornell, además de siete libros publicados y más de 20 años de experiencia en el ámbito educativo.
En este contexto, es necesario y urgente que en un tema toral para el desarrollo nacional, como es la educación, se consideren nuevos mecanismos y procesos de selección, así como los perfiles de los mejores candidatos a ocupar puestos de alto nivel en la Secretaría de Educación Pública. Ante el reto que representa ofrecer educación de calidad para millones de niños y jóvenes en nuestro país, se requiere de nuevos liderazgos que pongan en marcha los procesos necesarios para posibilitar que nuestro país acorte distancias con las potencias educativas en el mediano plazo.
*Presidente de Educación y Formación con Valores AC y analista en temas de seguridad, educación y justicia
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