Crecieron migración y crimen: investigador
Lunes 31 de diciembre de 2012, p. 27
Zacatecas, Zac., 30 de diciembre. Más de la mitad de los campesinos del estado han quedado en verdaderas condiciones de precariedad
a 18 años de la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), afirmó Humberto de Luna López, investigador de la Universidad Autónoma de Zacatecas.
Autor de la investigación Caracterización de los productores zacatecanos bajo el neoliberalismo, De Luna López, doctor en economía, señala que a principios de la década de 1990 la actividad agropecuaria era la principal fuente de ingresos para las familias rurales del estado. Para la primera década del siglo XXI, la migración, la depredación de la naturaleza e incluso los cultivos ilícitos se convirtieron en las principales fuentes de ingresos de los campesinos, excluidos por el modelo neoliberal. Ni siquiera el Procampo y otros programas de subsidios, indica, han contenido la pauperización del sector.
Sembrar para perder
De acuerdo con cifras oficiales, en Zacatecas alrededor de 80 mil campesinos cultivan frijol, y en 2005, según la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrololo Rural Pesca y Alimentación, cada uno gastaba cerca de 3 mil 700 pesos por hectárea, en espera de obtener al menos 800 kilos de leguminosa; sin embargo, ese año el rendimiento fue de sólo 500 kilos por hectárea, con un valor de 5.50 pesos el kilo; así, sólo recuperaron 2 mil 750 pesos por hectárea.
Si a esta cifra le sumamos los 900 pesos que el productor recibe del Procampo, obtendría en total 3 mil 650 pesos y le faltarían 50 para recuperar lo invertido
.
El abandono de los productores campesinos los ha sumado a los millones de pobres del país, y aquellos que recurren al cultivo de drogas quedan atrapados en redes peligrosas
, pues al final las ganancias benefician a las élites financieras.
La mayoría de los campesinos que han sido arrojados a la miseria por el modelo neoliberal, que ha conculcado la soberanía alimentaria, promovido la importación de productos agrícolas y beneficia a las grandes empresas agroalimentarias, se pierden en los nuevos ejércitos descontrolados de mano de obra que se enrolan en los suburbios de las grandes ciudades
, concluyó el investigador.