En 2009, la dirigencia comprometió un padrón confiable de militantes
Lunes 7 de enero de 2013, p. 7
El PRD acumula una serie de rezagos que mantienen en vilo su restructuración. Entre los pendientes se encuentra la creación de comités de base seccionales y una inacabada campaña de refrendo y afiliación de militantes.
Aunque desde 2009 se acordó que esa campaña sería permanente, ésta fue interrumpida el año anterior. El mes pasado, el presidente del partido, Jesús Zambrano, indicó que el 16 de enero comenzará una nueva etapa de afiliación.
El primero de mayo de 2012, 11 perredistas integrantes de una agrupación denominada Democracia deliberada enviaron una carta a los comisionados de afiliación del partido, denunciando que algunos de sus compañeros se presentaron en las oficinas del partido, en la capital del país, con sus solicitudes de adhesión al partido, y el secretario técnico de la comisión nos ha informado que no se sabe aún ni el cómo ni el cuándo para que los ciudadanos puedan afiliarse
, y que la campaña habría concluido un año atrás.
Ahora, el proceso empezará entre la incertidumbre sobre el padrón actual del PRD y en medio de la renuncia de militantes en diversas entidades, algunos inconformes con la firma del Pacto por México, otros para incorporarse a Morena o sumarse a otros partidos, sin tener claro el número de bajas que han ocurrido.
Conforme a los resultados del congreso nacional de 2009, la dirigencia nacional del PRD se había comprometido a construir un padrón con altos estándares de confiabilidad con el propósito de dar certidumbre a las elecciones internas para renovar sus dirigencias nacional, estatales y municipales, teniendo aún pendiente algunas de estas últimas.
En julio de 2011, las cifras de la campaña nacional de refrendo y afiliación reflejaron que en 50 por ciento del territorio nacional el partido no tenía representación, que los militantes se concentraban en el estado de México, Michoacán y Distrito Federal, sin atraer el voto joven e incumpliendo con la paridad.
Aquello complicó la creación de comités de base que de acuerdo con los lineamientos partidistas serían el punto de partida para la organización territorial del instituto político, con el propósito de fortalecerlo en las casi 65 mil secciones electorales del partido.