Cuestionan autoridades municipales clasificación de la CNDH
Miércoles 16 de enero de 2013, p. 37
Santiago Ixcuintla, Nay., 15 de enero. La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) catalogó el penal municipal de Santiago Ixcuintla como el peor del país. Sin embargo, las autoridades locales y los internos no opinan lo mismo. En un intento por paliar el desprestigio, el alcalde perredista Pável Jarero Velásquez invitó a los reporteros a la prisión.
Ingresar a cárcel ubicada en el último lugar de una lista de 100 es relativamente fácil. No hay escáner, la revisión de las visitas es manual y sus pertenencias se quedan fuera, en barandilla.
En el área de celdas preventivas se percibe un intenso olor a orina. No obstante, esta zona es amplia, está limpia y la pintura se encuentra en buen estado.
Hay seis celdas nuevas para igual número de internos. Nadie las usa aún y tampoco se observa hacinamiento.
Hay sólo 48 presos (47 varones y una mujer), y la capacidad es de 150. En el patio de la prisión, ropa recién lavada por los reos cuelga de varios lazos. Ha pasado el mediodía y los internos preparan la comida: sopa con pollo; desayunaron huevos, frijoles y café.
El secretario del ayuntamiento de Santiago Ixcuintla, Eduardo Lugo, dice no entender la clasificación de la CNDH. Reconoce que hay carencias y explica que en 2012 recibieron poco más de un millón de pesos de la Federación para el mantenimiento y los gastos del Ceresito, como se le conoce.
La mayoría de los 48 está recluido por robo calificado; algunos esperan sentencia y hay un solo preso por delito federal. Pasan el día viendo televisión, haciendo ejercicio, elaborando artesanías, leyendo y cocinando.
En el área de carpintería nueve internos elaboraron dos ataúdes de madera con imágenes talladas de la Virgen de Guadalupe, los cuales venden a 2 mil 700 pesos. Señalaron que las autoridades municipales les permiten usar cortadoras de madera y solventes.
A finales de 2012 la CNDH dio a conocer el Diagnóstico nacional de supervisión penitenciaria, en el que señaló que el penal de Santiago Ixcuintla no tiene áreas verdes ni detectores de metales, y que los reos se preparan su comida.
En el recorrido, Pável Jarero Velásquez, el único perredista de los 20 alcaldes que hay en Nayarit, informó que se erogan 3 mil pesos por reo al mes, en comida, médicos, sicólogos y guardias.
Interrogado sobre la calificación de la CNDH a la penitenciaría, respondió que ve intereses oscuros en el manejo de las notas, en cómo nos comparan con penales federales o estatales donde los recursos son mayores. Esto no es un penal, es una cárcel municipal; tenemos algunos internos enfermos de diabetes, hipertensión o ambas, y les damos medicamentos
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Los presos están sentados tranquilamente en el comedor de concreto a un costado de una rockola con música de moda. En la parte superior se encuentra un televisor, en el cual vieron una nota según la cual los reclusos del Ceresito viven en pésimas condiciones.
Bernardo Salas Gutiérrez, sentenciado a siete años de prisión por homicidio calificado, comenta: Yo estuve en otro penal, allá en Tepic, y nada que ver con éste. Allá hay golpes, hacinamiento, droga. Parece que andas en la calle, nomás cuidándote de todos. Aquí no, todo es tranquilo y cada quien tiene su espacio
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