Noé Hernández jamás imaginó que daría la última vuelta en el Centro Deportivo Olímpico Mexicano en una carroza y en un féretro de caoba con la imagen de la virgen de Guadalupe tallada en la tapa. El lugar donde entrenó durante varios años para acudir a Sydney 2000 y a Pekín 2008 –no clasificó a la justa china– le dio el adiós entre aplausos y con un grito que salió de la multitud: Gracias campeón y se escuchó el meeeee, meeeee, meeeeee de un chivo.

En esta ocasión no había corazón, coraje, tesón, ni sentido del humor, cualidades que caracterizaban al subcampeón olímpico en Australia. Llanto, tristeza, dolor y una que otra anécdota de alegría acompañaron a los más de 500 asistentes al homenaje de cuerpo presente que ayer le rindió el Comité Olímpico Mexicano, organismo que por primera vez abrió sus puertas a uno de sus medallistas fallecidos.

Con voz entrecortada, la viuda del ex marchista, Vianey Pedraza, relató los últimos 40 minutos que vio con vida por última vez a Hernández: “Platiqué con él, ni un (mal) presentimiento, me encargó a mis hijas (Vianey y Viana, de 10 y cinco años de edad). Lo besé, le limpié el sudor, estaba como cansado.

“Para mí es difícil, aquí entrenamos juntos. Jamás escuché una palabra negativa de él, me dijo que tenía que ser muy fuerte, que Dios me dio una prueba para ver qué iba a hacer yo sola, nunca pensé que me dejaría.

“Noé fue una luz en la caminata y lamentablemente no ha habido otra medalla para esta disciplina –en la prueba de 20 kilómetros–, pero creo que esto puede ser un impulso para seguir sus pasos: hay muchas cosas que nos enseñó.”

Se ayudará a la familia: Mena

En espera del respaldo que recibirá del Partido Revolucionario Institucional (PRI) mexiquense, en el que su esposo era secretario del deporte, la que también fue su entrenadora solicitó al gobierno federal y estatal apoyo para que mis hijas queden protegidas y no les falte nada. El mismo clamor se hizo extensivo con los padres del ex marchista y hermanos.

Tras hacer guardia, un consternado Jesús Mena, director general de la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (Conade) prometió que se buscará dar toda la ayuda necesaria a la familia del ganador de la presea de plata en Sydney 2000.

El diputado priísta Felipe Tibio Muñoz, quien convalece de una cirugía, dijo que trabaja en la creación de un fideicomiso especial para los medallistas olímpicos, campeones mundiales y grandes deportistas que considere bolsa de trabajo, seguro de gastos médicos mayores y apoyo económico para sus familias, porque casos como el de Noé nos llenan de tristeza y dolor.

El legislador no pudo contener las lágrimas durante la ceremonia luctuosa a uno de los deportistas más apreciados en el sector deportivo.

El ex andarín Bernardo Segura tampoco ocultó su dolor para un amigo y rival deportivo que fue parte de mi vida, con el que compartió anécdotas y dejó un reto para las nuevas generaciones, pues desde hace casi 13 años no se obtiene una presea en la prueba en la que lo descalificaron y esa posición quedó para el Chivo, quien había llegado tercero.

Adrián Navarro y Alberto Cruz, entrenadores de Noé, estaban igual de abatidos y sólo tenían palabras de reconocimiento. “Se nos fue nuestro Chivo. Era un atleta superdotado, de buenos sentimientos y siempre dispuesto a triunfar”, comentaron, para luego despedir al que fuera su alumno, quien murió el pasado miércoles tras una complicación respiratoria causada por un coágulo pulmonar.

Se recuperaba del balazo que recibió en la cabeza el 30 de diciembre de 2012, que le ocasionó la pérdida del ojo izquierdo y los médicos luchaban por salvarle el derecho.

El pasado lunes el ex andarín mexiquense recibió el alta médica por segunda vez en la clínica de neurotraumatología en Bosques de Aragón, luego de que los médicos le recomendaron reposo absoluto tras una semana de ajetreo desde que salió por primera vez, el 8 de enero.

Había ofrecido dos conferencias, dio entrevistas a las televisoras y medios que lo solicitaron, atendía llamadas en su celular y no tuvo descanso en ningún momento.

El pasado jueves recayó al infectársele los puntos de una cirugía en el abdomen y en la parte izquierda que no tenía. El sábado fue intervenido de nuevo para quitarle el sangrado y las fracturas del ojo derecho.

Después de cinco intervenciones (ocho placas en la cabeza) estaba programado para este viernes para la reconstrucción de la cavidad ocular del ojo izquierdo y para ponerle una prótesis en un sanatorio particular en la colonia Roma, pero el organismo del paciente no soportó más.

La familia negó que el ex andarín se suicidara, porque lo que más deseaba era vivir, afirmó su viuda, Vianey Pedraza, y sus palabras fueron reforzadas por las de su cuñada Juana, quien entre sollozos recordaba a su hermano rezar y le pedía a Dios más fuerzas porque lo difícil ya lo había pasado, pero todo esto nos sorprendió.

Hoy viernes le harán otro homenaje a Hernández en la explanada de Chimalhuacán y al mediodía será sepultado en el panteón de ese municipio en el que nació hace 34 años.