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Lamenta el ciclista haberlo hecho; me perdí en la fama, afirma

, confiesa Armstrong dopaje en el show de Oprah

No era posible ganar el Tour todos esos años sin usar sustancias, dice

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El pedalista Lance Armstrong dijo que su comportamiento fue temerario; no sentía que estuviera haciendo algo malo, declaró en el programa de Oprah Winfrey.Foto Ap
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El estadunidense en la competencia francesa en 2004, la cual ganó de 1999 a 2005Foto Ap
 
Periódico La Jornada
Viernes 18 de enero de 2013, p. a46

Miami, 17 enero. El estadunidense Lance Armstrong confesó en su entrevista con Oprah Winfrey que se dopó con EPO, transfusiones de sangre, testosterona, hormona de crecimiento y cortisona en todos los Tours de Francia que ganó de 1999 a 2005, Dijo que “lo lamenta. y que nunca obligó a otros pedalistas a doparse.

Armstrong respondió con un a las cinco primeras preguntas de la popular presentadora de la televisión sobre si se dopó y el uso detallado de sustancias prohibidas.

El ciclista aseguró que lo hizo hasta 2005, pero no a partir de su regreso al ciclismo en 2009, debido a la implantación del pasaporte biológico y los controles fuera de competición. En 2005, fue la última vez que crucé la línea.

Tras años de negaciones y de mentir sobre el tema, Armstrong, de 41 años, confesó el dopaje en la entrevista grabada el lunes y emitida entre hoy y mañana (viernes).

La Agencia Antidopaje de Estados Unidos (USADA, por sus siglas en inglés) lo sancionó de por vida en octubre pasado. Le fueron retirados los siete títulos del Tour y, hoy mismo, la medalla de bronce lograda en los Juegos Olímpicos de Sydney 2000.

Fueron mis decisiones, mis errores, y lo siento, dijo el pedalista texano.

Agregó: La historia fue perfecta durante mucho tiempo, una historia perfecta que no era real, expuso. Ahora la historia es mala y tóxica.

El ex competidor fue claro al exponer que me perdí en todo, en la fama, los fans. No pude manejarlo, aseguró sobre los motivos de mantener el secreto.

Sin querer justificarse, afirmó que la cultura era la que era, en referencia a la extensión del dopaje en todo el pelotón.

Crecimos como luchadores, siempre fui un luchador y mi madre también, dijo sobre su infancia sin padre. “Y soy muy competitivo.

“Luego, durante mi enfermedad (superó un cáncer de testículos), hice todo para sobrevivir y eso es bueno. Después, el ganar a toda costa lo llevé al ciclismo y eso es malo. Quería perpetuar la historia.

Esta es la segunda vez en mi vida que no controlo el resultado, dijo, el cáncer fue la primera. No tenía dudas sobre la bicicleta: Sabía que iba a ganar en los siete Tours.

No obstante, Armstrong se defendió al decir que en su opinión no era posible ganar el Tour de Francia en todos esos años corriendo sin dopaje, y negó las acusaciones de la USADA de que el sistema utilizado por él y su equipo US Postal para ganar fuera el más sofisticado en la historia del deporte.

Se negó a acusar a alguien más, ni siquiera al polémico doctor Michele Ferrari.

Soy más feliz ahora

Calificó su comportamiento de temerario y aceptó que merece lo que está pasando. La culpa: El despiadado deseo de ganar a toda costa. No sentía que hiciera nada malo. Da miedo. No me siento mal. Da más miedo, ¿no? No sentía que mintiera, admitió sobre cómo se sentía aquel entonces.

Engañar es ganar ventaja; no siento que fuera así, ese era el juego. He empezado a entenderlo ahora, veo el enfado de la gente, la sensación de traición y decepción de quienes me apoyaron, quienes creían en mí. Tienen razón en sentirse traicionados y es mi error; pasaré el resto de mi vida intentando recuperar la confianza y ofreciendo disculpas, aseguró.

Soy más feliz hoy de que lo que era entonces, de lo que lo era ayer, dijo aliviado con la confesión, y antes de negar que la polémica donación económica a la UCI (Unión Cilista Internacional) fuera para encubrirlo.

Con estas declaraciones, Armstrong confirma los rumores que corrieron desde que se grabó la entrevista el lunes, en el sentido de que usaría el programa de su amiga Oprah para confesarse.

Esta es la primera entrevista que ofrece el ciclista desde que fue despojado, en octubre del año pasado, de su récord de siete títulos del Tour de Francia, que lo convirtieron en icono del ciclismo.

Algunos consideran que la tardía confesión de Armstrong es una planificada maniobra de control de daños para blindarse ante posibles litigios legales que podrían afectar su patrimonio financiero, calculado en unos 100 millones de dólares.