Viernes 18 de enero de 2013, p. 34
Bagdad, 17 de enero. Por lo menos 16 personas murieron en una serie de atentados contra musulmanes chiítas en Irak este jueves, en el contexto de varias semanas de manifestaciones contra el gobierno y de una crisis política que afecta a todo el país.
Estos ataques marcaron el tercer día consecutivo de una ola de violencia que causó la muerte de 75 personas en total.
El episodio más mortífero tuvo lugar en Dujail, 60 kilómetros al norte de Bagdad. Dos coches bomba estallaron casi simultáneamente, dando muerte a a siete personas. En el sur de la capital, en la localidad de Hilla, cinco personas fallecieron en otro atentado.
A unos 10 kilómetros de la ciudad santa chiíta de Kerbala, también al sur de Bagdad, una bomba magnética colocada en un autobús hirió a 17 personas, incluidos ocho peregrinos chiítas llegados de Asia, probablemente de Pakistán, según un oficial de policía y una fuente de los servicios médicos.
El estallido de violencia ocurrió luego de dos semanas de relativa calma, y amenaza con aumentar las tensiones crecientes entre los grupos étnicos y sectarios de Irak.
Según algunos analistas, estos incidentes dejan al descubierto la creciente rivalidad entre miembros de las comunidades islámicas chiíta y sunita, reflejo de las pugnas por el poder entre el primer ministro Nuri Maliki y los miembros de su gabinete.
Desde hace tres semanas Maliki enfrenta a sus adversarios sunitas, quienes organizan manifestaciones en su contra para denunciar la marginación
de que son objeto y además piden la liberación de presos.