Prefiero filmar en cintas que me tocan el corazón
, dice la actriz italiana a La Jornada
Lunes 21 de enero de 2013, p. a44
Mokra Gora, Serbia, 20 Enero. La belleza por sí misma no significa nada. Es decir, no tenemos una vida larga y no creo que tengas que ser merecedora de cosas sólo porque la tienes. La belleza se trabaja desde la espiritualidad, desde las energías interiores, y la labor te puede llevar una vida. Hay gente que aprende a manufacturarla desde dentro
, comenta en entrevista con La Jornada la actriz italiana Mónica Bellucci, reconocida por su talento y atractivo físico. Ha filmado en varios idiomas y bajo las órdenes de directores como Terry Gilliam, Guissepe Tornatore, Gaspar Noé o Jan Kounen.
Bellucci, quien participa en el certamen organizado por Emir Kusturica –el Festival Internacional de Cine y Música Kustendorf (en la villa Mokra Gora)– como invitada especial, se mueve y habla con gracia. Tiene la fragancia de las mujeres que son dueñas del lugar que pisan. Dicta lo que desea con sólo mover los ojos. En el bufet del restaurante (en el que conviven realizadores, productores, estudiantes y periodistas) su caminar es el de una felina que se desliza por eterna pasarela. Pocos y pocas se resisten a voltear a verla. Domina el espacio.
En la charla habla, entre otras puntos, sobre su carrera, de su libertad para elegir papeles, de su matrimonio con el francés Vincent Cassel, también actor, así como del que considera el mayor reto de su vida: ser madre de dos niñas.
–¿Considera que sus papeles son riesgosos?
–No hago papeles riesgosos, ni creo que existan proyectos así. Sólo hago cintas que me mueven, que dicen algo a mi alma y que me dan la oportunidad de involucrarme con los personajes. No trabajo en películas que no me dan nada, las que no tocan mi corazón. Me involucro en aquellas que me proporcionan aprendizaje, cosas nuevas.
Bellucci, originaria de Città di Castello, se dio a conocer en el mundo con la cinta italiana Malena, de Giussepe Tornatore, en la que personifica a la exuberante viuda de un militar de la Segunda Guerra Mundial, que vive en pueblito, en el cual varios hombres la desean, incluido un pequeño de 12 años.
Mientras estudiaba en la Universidad de Perugia, se dedicó profesionalmente al modelaje, en el que se inició desde los 13 años. Hoy día ha filmado en varios idiomas y con directores reconocidos. Ha participado en producciones holly- woodenses como Matrix.
Recientemente rodó la iraní Rhino’s season, en la que que realiza el papel de la esposa de un poeta iraquí que es encarcelada y violada (la dirige Bahman Ghobadi). Ahora pasará unos tres meses en Serbia para filmar El amor y la guerra, cinta que se desarrolla en el marco del conflicto bélico de los Balcanes, y la dirigirá y actuará Emir Kusturica. La producción, aseguró a este diario, será internacional; incluida la nación de Europa oriental, así como México. No ofreció mayores detalles.
El tema es una historia de amor en un contexto social; habrá violencia, pero mucho sentimiento. Es sobre una mujer líder
, expresa.
Bellucci afirma que cuando está frente a la cámara sólo me gusta actuar, no importa de dónde sea el filme. Me interesa hacer esta cinta porque el guión es precioso y Kusturica es uno de los grandes del mundo. En Europa es un referente de realización. Además, nunca pienso si el director es estadunidense, europeo, o de donde sea. Lo que me interesa es su visión, que tenga buenos puntos de vista
.
Asegura que no tiene una sistema de trabajo, pero para una actriz aprender idiomas es una parte técnica del trabajo, de su proceso creativo, en el que la parte esencial es el instinto, que de alguna manera puedes controlar. Antes de rodar es la parte más interesante, de reflexión e introducción. Lo más difícil es cuando comienzas a rodar. No obstante, es el mejor trabajo del mundo, por su libertad, sin contar que conoces a gente muy interesante. En realidad no hay un momento verdaderamente difícil, porque si entras a un filme confías en la capacidad del director
.
Señala que para escoger un papel tiene que surgir un proceso de buena química, una buena sinergia. En la actuación no hay nada difícil, nada es riesgoso; a mí sólo me gusta ir con lo que me sorprende
.
–Todos los seres humanos tienen un lado oscuro. ¿Cuál es el suyo?
–Claro que tengo uno: hacer películas… pero no por eso me convierto en una asesina.
Su hablar es tan suave que parece que todo el tiempo está en pose. Era modelo.
Cuando pasas por el proceso de ser modelo a actriz hay una especie de limpia, porque lo que te da el modelaje es un poco artificial, contexto en el que te tienes que mover; incluso posas en forma plástica. Pero cuando te haces histrión te conviertes, de alguna manera, en alguien más natural. Son dos lados de la exhibición totalmente opuestos; por ello, muchas modelos se convierten en actrices para salvarse
, comenta.
Manifiesta que ama su trabajo: es mi pasión, pero nada comparado con lo que siento por mis hijas (que hablan francés, italiano, inglés y portugués)
.
–Háblenos sobre la experiencia de ser madre
–Ese sí es el papel más riesgoso; el reto más importante e interesante por la enorme responsabilidad, la más grande que existe, porque cuando decides serlo es, aunque suena a cliché, una responsabilidad para toda tu vida.
Sobre su relación con Vincent Cassel, excelente actor y, digamos, galán para el sexo femenino, reveló: “no nos gusta tenernos controlados el uno al otro. Nunca he dicho que la independencia nos caracteriza. Nuestra relación es como cualquier otra; no tiene por qué ser especial, es la que se da entre dos actores, como la de dos personas que se dedican al mismo oficio, tan simple como eso. Quizá rodemos juntos pronto… ya lo veremos, a lo mejor en Brasil; a ver qué pasa”.
Momento difícil
Bellucci vive en París, pero sigue pagando sus impuestos en Italia, su país de origen. Dice que el presidente francés, François Hollande, llegó al poder en medio de una situación económica difícil, no sólo para su nación, sino para el mundo: “Es un momento duro para varios países europeos, como Italia, España, Grecia… Creo que la administración europea ha cometido errores con su moneda, el euro”.
Del caso de Gérard Depardieu, quien obtuvo recientemente la nacionalidad rusa y salió del país galo por no pagar mucho dinero en impuestos, dice que al actor sólo le gusta provocar
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