Analiza documento de la AFSEDF obstáculos para adaptar miles de planteles al nuevo esquema
Además de un proyecto pedagógico claro y suficiente requiere inversión en infraestrcutura
Miércoles 23 de enero de 2013, p. 44
Con el ritmo actual de inversión en la adaptación y equipamiento de comedores para convertir 8 mil planteles de la capital del país en escuelas de tiempo completo, tomaría 177 años
remodelar todas las escuelas oficiales
con el propósito de que operen como centros donde los niños reciban sus alimentos y estén más tiempo en los salones de clase.
De acuerdo con el documento La escuela en el centro: narrativa de seis años de transformación educativa 2007-2012, elaborado por la Administración de Servicios Educativos en el Distrito Federal (AFSEDF), el modelo de tiempo completo –que en este gobierno será fortalecido al prometer el aumento de 5 mil 500 a 40 mil escuelas dentro de ese esquema– en la práctica enfrenta demasiados obstáculos
, pues hoy día las instalaciones educativas que operan de esa forma ni siquiera tienen las adaptaciones adecuadas
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La AFSEDF destaca que convertir una escuela a la jornada completa requiere, además de un proyecto pedagógico claro y suficiente, una fuerte inversión en infraestructura para la construcción y equipamiento del comedor, así como para dotar de doble plaza a los docentes y garantizar la prestación del servicio de la comida.
Recuerda que en la evaluación del Programa Nacional de Escuelas de Tiempo Completo, realizada en 2008, se estimó que el costo de construcción y equipamiento de los comedores en las escuelas de todo el país ascendía a 692 mil pesos. Ese año, el programa asignó un presupuesto de 31 millones 400 mil pesos al Distrito Federal. Si ese mismo se hubiera destinado en exclusiva
a la edificación de los espacios para que los alumnos tomen sus alimentos sólo se habrían podido adecuar 45 planteles, pese a que en la capital del país hay 8 mil centros públicos de educación básica.
Por otro lado, subraya que la gran mayoría de las escuelas no fueron pensadas para albergar comedores ni cocinas y, por tanto, no disponen de esos espacios, de tal forma que remodelar los edificios existentes representaría una inversión importante para la cual no existe presupuesto.
El documento, que recoge la experiencia de los profesores, señala en voz de la maestra Leticia Rojas que, debido a lo anterior, los centros educativos tienen adaptaciones de las adaptaciones, por lo que se convierten en espacios que no son operativos y a veces son hasta riesgosos
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Sumado a ello, la ingesta de alimentos se convierte en un costo que cubren los padres de familia y que termina por afectar toda la organización de la escuela, reduciendo de nueva cuenta el tiempo destinado al aprendizaje y distorsionando de manera significativa los propósitos educativos de la misma
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