La disminución de 75% de sus egresos en seis años, reflejo de la mala administración
A la institución, creada en 1861 por decreto de Benito Juárez, se le asignaron para este año 50 millones 338 mil pesos, que representa la reducción de más de la mitad del anterior
Jueves 24 de enero de 2013, p. 43
Desde su creación en 1861, por decreto del presidente Benito Juárez, la Administración del Patrimonio de la Beneficencia Pública (APBP) ha apoyado a organizaciones civiles y personas de escasos recursos económicos, para solventar necesidades de índole médica. Hoy, esa ayuda está en riesgo de desaparecer por una deficiente administración de los recursos y propiedades del organismo, lo cual ya se refleja en la disminución de 75 por ciento en el monto de sus egresos en seis años.
Información oficial advierte que mientras en 2006 la APBP entregó 192.1 millones de pesos como donativos, para el año 2011 el monto se redujo a 48.4 millones. Aunque no se puntualiza el origen de estos recursos, es claro que algo está pasando
si sólo el presupuesto asignado por la Federación al organismo en 2011 ascendió a casi 70 millones de pesos. A esta cantidad se tendrían que agregar los ingresos propios de la Beneficencia, entre otros los arrendamientos de 105 inmuebles y las aportaciones que recibe de fundaciones privadas y organismos como la Lotería Nacional para la Asistencia Pública, entre otros.
La crítica situación financiera de la APBP, reconocida así por el director general, Ulises Antonio de la Garza Valdés, en respuesta a solicitudes de información presentadas ante el Instituto Federal de Acceso a la Información y Protección de Datos Personales, se explica porque aunque el organismo es propietario de inmuebles con un valor estimado en 482 millones de pesos, varias de las propiedades en arrendamiento no generan ingresos, pues enfrentan juicios legales. Son 271 procedimientos en curso.
El patrimonio de la Beneficencia tampoco ha crecido como debiera. De acuerdo con la normatividad que rige a la APBP, organismo desconcentrado de la Secretaría de Salud, en los juicios sucesorios sobre propiedades intestadas (sin herederos), la APBP funge como parte y al término del procedimiento queda como legítima propietaria. Así ocurrió durante la existencia de la Beneficencia, pero desde hace varios años están pendientes de resolución 5 mil 44 denuncias de este tipo, muchas con peligro de perderse por falta de un seguimiento jurídico riguroso.
Un informe presentado en febrero de 2012 al Consejo Interno de Administración de la APBP reconoce que entre 2006 y 2011 los ingresos de la institución disminuyeron sensiblemente, de tal suerte que en 2006 recibió 84.4 millones menos, en 2007 fueron 68.1 millones no obtenidos, para 2008 fueron 20.9 millones; en 2010, 16.1 millones y en 2011, 9.2 millones. En ese entonces, se calculó que para 2012 el monto sería de 24.9 millones que la APBP dejaría de recibir como ingresos propios.
Para este año, la situación de la institución es incierta por lo ya expuesto y porque en el Presupuesto de Egresos de la Federación 2013 únicamente se le asignan 50 millones 338 mil pesos, es decir, una reducción de más de la mitad respecto de lo ejercido en 2012, año en que dispuso de 117 millones 853 mil pesos.
De la Garza Valdés reconoció, además, que el descenso de los ingresos se debe a la baja en las cuotas de recuperación. De los donativos que la institución otorga a organizaciones civiles recibe un monto por ese concepto, el cual pasó de 39.4 millones en 2006 a 5.2 millones de pesos en 2011. Aunque no explica la causa, también las aportaciones que debieran hacer las instituciones financieras por cuentas bancarias abandonadas o perdidas
por sus dueños, se redujo de 46.32 millones de pesos a 3 millones en el mismo periodo.
El funcionario señaló que a consecuencia de la disminución general de los ingresos
, los relativos a intereses por inversiones también fueron menores: pasaron de 12.5 millones en 2006 a 4.3 millones de pesos en 2011.
Entre los apoyos económicos y en especie que la Beneficencia entrega a personas de escasos recursos y carentes de acceso a las instituciones de seguridad social que enfrentan enfermedades neurológicas, respiratorias y cardiovasculares, están equipos médicos de apoyo a los pacientes como respiradores, material de embolización e insumos cardiológicos.