Ayer concluyó la exposición con obras representativas del arte francés del siglo XIX
Lunes 28 de enero de 2013, p. 8
La cultura burguesa de París durante la segunda mitad del siglo XIX, reflejada en las 65 obras de artistas como Monet, Cézanne, Renoir, Millet, Manet, Bonnard, Seurat, Rodin y Bashkirtseff, atrajo la atención de más de 94 mil personas, que desde el 24 de octubre hasta este domingo visitaron la exposición El placer y el orden. Orsay en el Munal.
En el último día de exhibición del arte francés, la afluencia en el Museo Nacional de Arte (Munal) transcurrió en un clima de tranquilidad, sin las enormes filas de espera, debido a que la muestra permaneció durante más de tres meses.
Alrededor de mil 300 personas ingresaban cada hora al espacio museístico. Algunos de los visitantes en compañía de sus familiares disfrutaron de la explicación que el guía Arturo Pérez ofreció a las 12 horas, mientras otros realizaron su propio recorrido.
La primera obra que recibe al público al entrar a la sala de exposiciones temporales es La charge, de André Devambez (1867-1944), imagen en perspectiva aérea de un enfrentamiento entre la policía y los manifestantes en el Boulevard Montmartre.
La mayoría de las personas se detienen a leer la información de la obra y para captarla con sus teléfonos celulares y cámaras fotográficas. Entre el bullicio de la gente, se alcanza a escuchar la voz de una mujer que custodia las piezas, quien indica la ruta de la exhibición, pero no todos la escuchan.
En solitario, con la familia, la pareja o amigos, el público se detiene frente al cuadro de Marie Bashkirtseff (1958-1889) de título Una reunión. Aquí, Hilaria Montes, custodia de las obras, comparte la historia de la pintura, la cual ha escuchado en las explicaciones de las visitas guiadas desde que se inauguró la exposición.
Como nunca me han cambiado de lugar, ya me sé la explicación de la pintura y me gusta contar la historia de la artista, porque fue una mujer que murió de tuberculosis
, dice Montes, quien dirige su mirada al siguiente cuadro: Eso que se llama vagancia, de Alfred Stevens (1823-1906).
“El cuadro –explica gozosa la señora Hilaria– es de una familia que no tiene dinero y es arrestada. En la barda que aparece detrás hay anuncios de venta de casas, pero la gente no tiene dinero para comprar.”
De acuerdo con la información que ofrece el museo a los visitantes, y a la explicación de la vigilante, la obra de Stevens denuncia la miseria de las ciudades y la crueldad con la que se trata a los indigentes.
Al recorrer las obras y fotografías espectaculares del París que se construyó con el auspicio de Napoleón III, se puede observar a padres que explican ese periodo histórico a sus hijos.
En el museo, la mayoría de los visitantes quieren compartir lo que ven y sienten a sus acompañantes. Una señora, al encontrarse con El barco en Giverny, de Claude Monet, exclama: ¡Es una paz la que transmite este cuadro!
, y de inmediato dice a su compañera que le tome una fotografía.
En el espacio denominado El nuevo gusto burgués. Intimidad y exhibición, una pareja de adolescentes se detienen a leer la cita inscrita en el muro del Munal, que pertenece a Marcel Proust: Una hora no es solamente una hora, es un florero rebosante de perfumes, de sonidos, de proyectos y atmósferas
, inmediatamente la chica llama a otra amiga y le sugiere copiar la frase.
Frente a la obra Madame Valtesse de la Bigne, de Henri Gervex, llega un hombre con bastón, el señor Alejandro Álvarez Rodríguez, quien se declara admirador del impresionismo francés. Comenta que ha leído varios libros de arte, porque le interesó mucho la llamada Bella Epoca de París, la cual le recuerda a su propia bella época
, en la década de los 60.
El placer y el orden... concluyó su estancia en el Munal, recinto que en marzo tiene programada la muestra José Guadalupe Posada: transmisor, con motivo del centenario del fallecimiento del grabador mexicano.