Viernes 1º de febrero de 2013, p. 2
La crioablación es una técnica novedosa para el tratamiento del cáncer, en particular de próstata, riñón y otros localizados en zonas de difícil acceso para una cirugía convencional. Existe desde hace 26 años y en México está disponible a partir de 2006.
Consiste en congelar
el tumor y los vasos sanguíneos que lo alimentan, con la finalidad de erradicarlo. Cuesta alrededor de 250 mil pesos en el sector privado, pero representa grandes beneficios en la calidad de vida de los pacientes, pues preserva el tejido sano. Al tratarse de una cirugía de mínima invasión, permite una pronta recuperación y reincorporación de las personas a su vida cotidiana.
Los hospitales se evitan el desembolso de recursos por la ocupación de camas y el uso de áreas de terapia intensiva, explicó Juan Manuel Ruiz Molina, jefe del departamento de Gastroenterologìa del Instituto Nacional de Cancerología (Incan).
Eficacia, comprobada
Sólo en este hospital, centro nacional de referencia, se realizan 70 procedimientos de crioablación al año. Sus ventajas están comprobadas para tratar varias neoplasias, en particular de próstata y riñón. También se puede emplear en el control de cáncer de pulmón, mama, hueso y útero. Investigado
El especialista consideró que con mayor capacidad de atención y de recursos económicos, aunque no todos los pacientes son candidatos, la frecuencia del uso de la crioablación podría crecer, por lo menos, al doble.
Es una alternativa adicional a los tratamientos convencionales, como quimioterapia, radioterapia y cirugía. Es un auxiliar en el control de tumores metastáticos y primera opción en algunos de los tumores de próstata, indicó.
El Incan recibe cinco mil nuevos enfermos de cáncer al año; realiza cuatro mil cirugías, de las que 85 por ciento son mayores; proporciona más de 36 mil tratamientos de quimioterapia y 63 mil sesiones de radioterapia.