Me estaban entrenando como pinche sicario, revela adolescente que se entregó para reducación
Viernes 1º de febrero de 2013, p. 39
Ayutla de los Libres, Gro., 31 de enero. Ante unas mil personas que formaron hoy el tribunal popular que juzgará a 54 presuntos extorsionadores, secuestradores y homicidas, una señora entregó
a los policías ciudadanos, para su reducación
, a su nieto, de 12 años de edad, quien estuvo involucrado con una banda delictiva.
Con una capucha negra que le cubría el rostro, el adolescente narró el horror que vivió en los meses recientes: Mi mamá me dejó hace 11 años, cuando mi hermanita tenía tres meses. Se fue a Estados Unidos y ya no regresó
, dijo.
“En Chilpancingo vi cómo despedazan a la gente y la torturan; los compas (los delincuentes) me invitan, me llevan por la carretera y me enseñan cómo tienen a la gente amarrada, cómo le van quitando las manos y los pies, la cabeza y sus partes, y por eso, pensando que ahí se gana dinero fácil, me fui, y ahora me anda buscando en el pueblo el compa que me llevó, pero ya no quiero. Por eso mi abuelita me entregó con la policía comunitaria.
“Me han llevado de por aquí por Las Mesas (municipio de San Marcos), y hace un tiempo esa persona (de ese lugar) descabezó a un compa; luego por Tixtla fue a matar a otro y en Chilpancingo también me llevó. Me estaban entrenando como pinche sicario, y mi abuelita eso no quiere, y me vino a entregar con los comunitarios, para que siga por el buen camino, y no irme por otro lado”, agregó.
Dijo que en la capital del estado vio cómo “asaltaron un taxi que iba lleno de pasajeros, que iba de aquí. Los mataron a todos antes de entrar a Chilpancingo; los llevaron a una casa por el monte y les empezaron a quitar los dedos de sus manos con un cuchillo largo; luego les quitaron los dedos de sus pies, y les quitaron sus brazos. Los hicieron pedazos, como cuando despedazan una pinche vaca; sus piernas las despedazaron, y sus tripas se las iban dando a los perros, y yo me espanté.
“Después agarraron su cabeza y se la quitaron, la echaron en una caja y la envolvieron como regalo, y el patrón dijo que se la llevaran a la casa de su familia, y por eso me desafané de ahí. Luego agarraron a otro en el mercado, en la carnicería, y le dijeron: ‘Te vamos a despedazar como lo haces tú’, y se lo llevaron afuera de Chilpancingo, lo despedazaron y lo fueron a tirar al puente (El Zapote)”, concluyó el menor ante el azoro de la concurrencia.