Cambian a deportivas las camisetas con leyendas como Soy un malnacido
Domingo 3 de febrero de 2013, p. 27
Hermosillo, Son., 2 de febrero. En silencio, con plásticos blancos y pintas en los automóviles, los hermosillenses protestaron en las calles de esta ciudad y dieron espacio a la Serie del Caribe que se realiza aquí.
El griterío y los bloqueos, las pancartas y las camisetas con leyendas de “Soy un malnacido” fueron cambiadas por uniformes deportivos de Los Yaquis de Ciudad Obregón, los campeones de la Liga Mexicana del Pacífico que compiten representando a México.
Las leyendas de “Malnacidos, No Más Impuestos y No a la Tenencia” quedaron en los cristales de los automóviles, lámparas y uno que otro señalamiento vial.
Expresiones silentes que buscan retratar el enardecimiento de una sociedad que votó por Guillermo Padrés Elías, quien ofreció no aumentar impuestos y eliminar la tenencia, pero luego que ganó hace poco más de tres años reculó y ahora aplica 3 por ciento de impuesto a los automóviles con 10 años de antigüedad.
Él y su expresión de que “no es de sonorenses bien nacidos la idea de boicotear la Serie del Caribe” fue aprovechada por los inconformes, agrupados en el Movimiento Ciudadano No Más Impuestos, para autocalificarse de “malnacidos” y juntar todo el repudio de las inconformidades contra el mandatario panista.
A pesar de que la demanda no ha sido atendida por el gobierno estatal, los hermosillenses que han protestado se hicieron a un lado y evitaron bloqueos, como el de ayer, así como actos masivos.
Las calcas, las pintas en los automóviles, la gente en la calle mientras camina o en el taxi, hablan, gritan, insurrectas: “Soy mal nacido, no más impuestos”.
Para Martín Adán Pérez, Guillermo Padrés “se voló la barda” al instaurar el impuesto a la tenencia y subir cobros: el año pasado pagó 580 pesos de tenencia y ahora tendrá que desembolsar mil 400 por su Nissan modelo 2005
“Esperaré hasta el último día de pago, por si cambian las cosas y no tengo para pagar”, manifestó. Debe pagar una cuota fija de mil 700 pesos al año por el taxi y otros 300 pesos cada dos meses por el permiso, más cien mil pesos anuales por el piso. Esto es demasiado”.
Mientras conduce al estadio Sonora, sede de la Serie del Caribe, es rebasado por convoyes de policías. Aquí se concentran, vigilantes; ni en el centro ni en las colonias de la ciudad hay tanta fuerza policial como aquí.