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Bajo la Lupa

Neoliberalismo delincuencial español: Partido Popular y Banco Santander

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La red de megacorrupción en España alcanzó al jefe de gobierno, Mariano Rajoy. La imagen corresponde a una manifestación en ese paísFoto Ap
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o es lo mismo la fase de auge, que diluye los excesos criminales de los países, que la fase de su desplome, la cual exhibe los ocultados defectos y abusos debajo de los tapetes, como sucede en todas las naciones, pero que en el caso de España cobra singular significado debido al poderoso vínculo cultural y afectivo que mantiene con Latinoamérica (LA), no se diga con países árabes.

Lejos de un schadenfreude (el placer que incita la calamidad ajena), la descomposición del imperante neoliberalismo de la España contemporánea, muy distante de su gloriosa época de oro literaria y hasta imperial, y su putrefacción casi en todos los ámbitos –social, político, energético, financiero y hasta periodístico– provoca una depresión lastimosa.

La España del fiscalista (literal) ex presidente José María Aznar López, del presidente Mariano Rajoy –ambos del vilipendiado Partido Popular, curiosamente inspirador del colonizado PAN mexicano en vías de extinción electoral– y hasta de su anacrónico rey sin compasión pública por los elefantes, colisiona con la España del inmortal Cervantes y de su austero rey Felipe II.

España, al borde la balcanización, aún no se encuentra a los niveles del desplome de su imperio en 1868, pero sus megaescándalos pueden alcanzar niveles superiores, en medio de un desempleo aterrador, cuando cunden veleidades secesionistas desde Cataluña hasta el País Vasco.

Cuando se analicen las razones por las cuales España alcanzó tal degradación es probable que a la cabeza de sus factores múltiples se encuentre su incrustación a la globalización financierista y la aplicación sin miramientos del neoliberalismo deshumanizado a nivel local.

El neoliberalismo español naufraga sin visos de salvación. Todo lo contrario: los parámetros apuntan a su mayor descomposición a lo largo del año y quizá de toda la década.

No ha sido la mejor época para la imagen tan mancillada de España en el mundo, aún la quinta potencia industrial europea –con la notable excepción del desempeño impresionante de algunos de sus deportes (v.gr futbol y basquetbol)– desde los fraudes del yerno del rey, pasando por la pantagruélica corrupción del gobernante Partido Popular de corte fascistoide hasta las mafiosas hazañas de Banco Santander (el mayor de Europa continental, uno de los 10 primeros del mundo y con un capital atribulado de 90 mil millones de dólares).

La Jornada (01/02/13) ha reseñado la extensa red de megacorrupción de dinero negro que salpicó al presidente Rajoy y a los altos mandos del Partido Popular mediante lubricaciones delincuenciales de las empresas favorecidas por el modelo neoliberal.

Mas allá de los malos manejos de la petrolera Repsol y las gaseras españolas en LA, donde han sido puestos en la picota por voraces, depredadoras y mafiosas, y por encima de las triangulaciones delincuenciales de José María Aznar, copartícipe en la aventura fracasada de la invasión a Irak y Afganistán y accionista privilegiado de firma especulativa Cerberus– uno de los fondos buitre más importantes de la City, según El Confidencial (10/12/12)–, llama la atención la tarea de socavamiento secuencial de The Financial Times (10/06/12, 12/10/12, 22/11/12, 21/01/13 y 31/01/13) en contra del banco Santander.

Algo muy fuerte habrá sucedido entre los supuestamente aliados, el británico RBS y Banco Santander, para el despliegue exagerado de The Financial Times, que en un artículo muy extenso sobre su mandamás Emilio Botín, el hombre más poderoso de España, amén de ridiculizarlo, adelanta la tormenta perfecta (¡súper-sic!) que viene ¡Uf!

Tampoco se puede soslayar el ambiente macroeconómico desfavorable al contumaz neoliberalismo español cuando ha arreciado tanto la guerra por los capitales escasos en todo el planeta, como la guerra de las divisas que afecta al euro (la divisa española), además de la guerra bancaria desatada entre Banco Santander y el banco británico RBS (que muchas fuentes presumen representa los intereses de la realeza).

Cerberus es codirigida por la familia Bush, el ex vicepresidente Dan Quayle y John Snow, ex secretario del Tesoro. Todo lo concerniente a Cerberus apesta.

Ya habíamos advertido premonitoriamente sobre las aventuras poco ortodoxas de Banco Santander (ver Bajo la Lupa 03/10/07, 30/04/08, y 10/02/10), que ahora se ve arrastrado en otro megaescándalo en Italia por sus tratativas delincuenciales con el banco más antiguo del mundo (¡500 años!) Monte dei Paschi di Siena (MPS).

Mi artículo Crisis del Euro: El problema no es tanto España como Banco Santander valió la reproducción del portal de la Universidad Pública de Santiago de Compostela Fírgoa (10/02/10), que se había inquietado al respecto.

En forma destacada, Ana Patricia Botín, hija del mandamás de Banco Santander, dizque entró en forma personal al consejo de administración de la polémica empresa Televisa, según el muy desinformativo rotativo, de propiedad británica con disfraz español, El País (30/04/99) y que opera como desestabilizador Caballo de Troya en LA (v.gr el montaje canalla sobre Chávez).

Ahora resulta que, según El Confidencial (28/01/13), un juez implica a Banco Santander en el escándalo de MPS: el banco toscano acusado de manipular sus cuentas para ocultar pérdidas, firmó un acuerdo secreto (¡súper-sic!) con Emilio Botín y con JP Morgan para dividir las ganancias por la venta de Antonveneta por Banco Santander, que adquirió esta entidad por 6 mil 300 millones y posteriormente la traspasó por 9 mil millones a MPS. En poco más de dos meses y medio, Santander se embolsó unas ganancias de más de 3 mil millones .

Nada que ofenda: tal triangulación delincuencial es muy del estilo de las trasnacionales españolas (v.gr la abultada venta de gas peruano a la dupla Mouriño/Calderón en detrimento de México).

El grave problema radica en que la colusión mafiosa Banco Santander/MPS/JP Morgan ha salpicado a unos días de las elecciones al gobierno italiano de Mario Monti (proveniente de Goldman Sachs) y a su banco central que recapitalizó a MPS por 5 mil millones en medio del escándalo de productos derivados que han aumentado el agujero en las cuentas de la entidad, mediante los llamados bonos Monti.

Es la segunda vez que el legendario banco MPS es rescatado tras el empréstito por 2 mil 500 millones del gobierno de Silvio Berlusconi que aún no devuelve desde 2009 cuando tuvo pérdidas cuantiosas en un contrato de derivados con el banco nipón Nomura.

El Confidencial ilustra que MPS tiene como socio una fundación (sic), cuya mayoría de miembros los nombra el ayuntamiento de Siena, históricamente en manos de la izquierda italiana.

La riqueza acumulada desde el Renacimiento por la resplandeciente República de Siena puede desaparecer después de sus gloriosos años en el agujero negro de los derivados de la desregulada globalización financierista, lo cual puede afectar al sistema bancario de México: apabullantemente de mayoría extranjera, donde Banco Santander se lleva una enorme tajada del pastel.

Para el Renacentismo humanista peor que la quiebra material era la pérdida del alma de los individuos.

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