Kirkuk, 3 de febrero. Al menos 30 personas murieron y 88 resultaron heridas hoy en un atentado suicida con coche bomba perpetrado contra el cuartel general de la policía de Kirkuk, en el norte de Irak, que fue seguido de un asalto de hombres armados que trataron de ingresar a la sede.

El asalto contra el edificio, rodeado de muros de concreto antiexplosiones, ocurrió en las primeras horas de este domingo, primer día de la semana laboral en Irak, a la hora en que los empleados se dirigían a sus trabajos, informó la policía.

El ataque no fue reivindicado pero los insurgentes sunitas, entre los que hay miembros de Al Qaeda en Irak, atacan con frecuencia a las fuerzas de seguridad para intentar desestabilizar al gobierno del presidente Nuri Maliki.

De acuerdo con la policía, un hombre estacionó frente la puerta principal del complejo un automóvil pintado con los colores de los vehículos policiales, e inmediatamente activó los explosivos.

Posteriormente, tres hombres vestidos con uniformes de policía trataron de ingresar al complejo y lanzaron varias granadas, pero murieron por disparos de los agentes que defendían el edificio policial.

Poco después, los agentes verificaron que los tres atacantes muertos también llevaban cinturones explosivos que pudieron ser desactivados.

El edificio policial y varios comercios cercanos, además de una oficina del gobierno quedaron afectados por el coche bomba, y los principales accesos a Kirkuk fueron bloqueados por las fuerzas de seguridad.

El general Natah Mohamed Sabr, jefe de los servicios de urgencia de Kirkuk, informó que el atentado causó 30 muertos –cuatro eran policías–, y 88 heridos, incluidos 12 uniformados.

Kirkuk, donde cohabitan árabes, kurdos y turcomanos, es parte de una franja del territorio del norte de Irak rica en hidrocarburos que se disputan el gobierno de Bagdad y la región autónoma del Kurdistán iraquí.

El país, que tiene un gobierno compartido entre la mayoría chiíta, sunitas, y kurdos, se encuentra sumido en una crisis política.

Maliki, primer ministro chiíta, enfrenta desde diciembre pasado protestas masivas de los sunitas en las provincias occidentales donde son mayoría, en las que lo llaman dimitir y se quejan de haber sido marginados desde la caída del presidente Saddam Hussein.