Rubén Bonifaz Nuño: Quiero ser el poeta de los pelados
continuación presento algunos fragmentos de la conversación con el gran Rubén Bonifaz Nuño, que ocurrió hace 25 años. Para entonces el poeta había perdido casi por completo la vista y quien esto escribe era un aprendiz del periodismo cultural. Algo cambio para siempre en quienes tuvimos el privilegio de conversar con el entrañable maestro.
Respecto de Albur de amor, señaló: Mire, he tratado de decir lo que soy, como un pelado mexicano, para que me oigan los pelados. Quiero ser el poeta de los pelados
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La cabellera gris, casi blanca del poeta sigue alborotada como siempre. De voz pausada y amplio conocimiento del idioma, parece contradecir sus palabras; por eso explica:
Nosotros somos indios con una cultura occidental impuesta. Yo, como indio que soy, tengo que adueñarme de esa cultura, no para asimilarme a ella, sino para dominarla y usarla de instrumento de poder. De ahí que yo haya estudiado latín y griego, a los clásicos españoles; que pueda leer poesía en cuatro idiomas modernos.
De este libro, de 37 poemas, dice: Tiene los elementos que me vinculan con la gente que quiero que me lea; esos elementos son la rabia y la pobreza. La rabia ante la injusticia, la mentira, las cosas del mundo; y la pobreza: el elemento que tienen en común todos
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En su casa de San Bernabé, allá arriba, donde se ve caer la neblina sobre el cerro del Judío, el maestro ofrece otra copa, y responde afirma: Mi principal motivación para escribir es la necesidad de servir. Yo escribo con la esperanza de que me lean
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Desde su primer libro, publicado en 1945, Bonifaz Nuño lleva ya varios títulos de poesía: Imágenes (1953), Los demonios y los días (1956), Fuego de pobres (1961), La flama en el espejo (1971) y Corazón del espiral (1983).
“Pero desde lo primero que publiqué –señala el poeta– hasta lo último, sigo diciendo las mismas cosas. En lo que ha habido evolución es en la manera de decirlas”.
Es por eso que el libro que recoge sus versos escritos hasta 1979 lleva el título De otro modo lo mismo. Siempre es lo mismo pero de manera diferente
, añade el entrevistado.
Y con la mirada fija en algún lugar indeterminado, Bonifaz Nuño reflexiona, para luego decir en que momento se encuentra de su trabajo poético: Mire, soy un hombre viejo, tengo 63 años. En este momento, en verso y en prosa, considero mi obligación decir lo que soy yo, como parte de un grupo de mexicanos, concretamente los pobres y los pelados, con la esperanza de proponer un camino de acción que parte de la educación, para que nos demos cuenta de quienes somos verdaderamente y podamos aspirar a realizarnos
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Respecto de las circunstancias que lo impulsaron a publicar el libro que nos ocupa señala: “Son las circunstancias de un profesor universitario que está a punto de quedarse ciego. Como profesor conozco las necesidades y el pensamiento de los jóvenes, y como casi ciego, me rebelo contra la injusticia del mundo. Ese conocimiento y esa rebeldía, transformados en la voluntad de ser útil.
“En los jóvenes veo siempre ese desconocimiento de sí mismos, que los lleva a querer ser lo que no son. Por ejemplo, en lugar de comer tortas quieren hamburguesas; en lugar de escuchar mariachis, quieren rock.
“Albur de amor es importante “porque es el primer libro en el que reúno la llamada poesía culta con la llamada popular. Es un experimento idiomático comprensible para todos.
“Aquí todos somos grandes señores. Los más grandes señores sobre este mundo somos los pelados mexicanos.
“Y de la mujer, elemento fundamental en su piesía, dice: ‘Lleva el papel principal, como las criaturas mejor hechas física y espiritualmente que hay en el mundo. He tratado siempre de estar cerca de ellas para aprender lo que es la vida en sus profundidades. Desgraciadamente, ellas muchas veces no me han dejado hacerlo.”
Bonifaz Nuño asegura que no está en ningún grupo: “estoy solo, no me haga hablar de los demás…”
La entrevista termina. La noche se mete por las ventanas y el poeta pide que cierre la puerta: A estas horas, ya no veo nada
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