n situaciones de tragedia y desgracia no falta el político mexicano que con sus declaraciones ultraja a las víctimas de algún suceso doloroso. En todo el espectro partidista existen personajes faltos de sensibilidad. No sé si el déficit de sensibilidad es resultado de la falta de inteligencia o si, más bien, la carencia de inteligencia es porque les falta sensibilidad.
La ironía es un buen recurso para criticar al poder y quienes lo detentan. Un escalón más lo representa el sarcasmo, el cual define la Real Academia Española como burla sangrienta, ironía mordaz y cruel con que se ofende o maltrata a alguien o algo
. A diferencia de la ironía o el sarcasmo aderezados contra el poder (ya sea político, económico, patriarcal y religioso, entre otros) y sus representantes, o lanzados en igualdad de circunstancias, cuando se echa mano de lo irónico y sarcástico desde plataformas que otorgan superioridad, el resultado es un abuso, una prepotencia, para con quienes están en un estado vulnerable y son víctimas.
Del gran catálogo de infortunados dichos de políticos mexicanos que revictimizan a las personas que han padecido calamidades solamente refiero tres. Son ejemplos lacerantes de la incapacidad para ponerse en los zapatos de quienes pasan momentos de amargura e intenso dolor. Comienzo con lo declarado por el presidente municipal de Acapulco, Luis Walton Aburto, del partido antes llamado Convergencia y ahora Movimiento Ciudadano, que se dice de izquierda. Ante el horripilante caso de seis turistas españolas violadas en aquel puerto la madrugada del lunes pasado, quiso explicar el ataque perpetrado por un grupo de hombres armados y con el rostro cubierto al decir a los medios informativos que la acción es lamentable, pero podría haber ocurrido en cualquier lugar
del mundo.
Lo cierto es que el ataque sexual ocurrió en Acapulco, y tuvo lugar ahí porque en esa ciudad las autoridades, pasadas y presentes, han sido y son incapaces de dar seguridad a los habitantes y viajeros que llegan por unos días. ¿Con qué cara el alcalde puede regurgitar semejante declaración a mujeres agredidas a las que de nada sirve saber que las torturas sufridas pudieron haberles sido infligidas en otro lugar?
A destiempo salió el titular de la Procuraduría de la República, Jesús Murillo Karam, oh sí del PRI, a justificar que lo sucedido en la torre de Pemex fue una explosión por gas metano o natural que se acumuló en el sótano del edificio. Reporteros y reporteras presentes en la conferencia de prensa con sorpresa debieron tomar nota de las palabras proferidas por el funcionario, cuando desmintió que en la torre se hubiesen hallado indicios de una maleta con explosivos: Lo único que encontramos en la maleta es lo más peligroso para el hombre: cosméticos de mujer
(nota de Alfredo Méndez, La Jornada, 4/2).
El procurador tiene asesores, que con seguridad le sugieren el contenido y el tono de lo que debe decir. También es función del equipo de asesoría señalar focos rojos, deslices que no deben cometerse. Pero Murillo Karam decidió irse por la libre, le ganó su temperamento jocoso y sin más confió a los presentes lo de la maleta y su contenido. ¿Los muertos, los heridos y sus familiares no le merecieron cierta continencia verbal? Simple y llanamente tiene que presentar disculpas a las víctimas. Igualmente debe hacerlo ante la ciudadanía, porque en el puesto que ocupa debe estarle vedado expresar juegos de palabras supuestamente ingeniosas. La muerte de casi cuarenta personas y más de cien heridos no debiera ser ocasión para que el procurador exhiba sus dotes de comediante.
Finalmente en el trío aparece la voz de Javier Lozano Alarcón, secretario del Trabajo y Previsión Social en el calderonismo y hoy senador por el PAN. Es bien conocida su animadversión contra el Sindicato Mexicano de Electricistas. De ahí que cuando la Suprema Corte de Justicia de la Nación tomó la decisión de no amparar a quienes trabajaban en Luz y Fuerza del Centro y no aceptaron ser liquidados, que además demandaban ser recontratados por la Comisión Federal de Electricidad como patrón sustituto, el político panista celebró el dictamen y lo consideró histórico.
Lozano Alarcón se mofó de los trabajadores electricistas al declarar jubilosamente que, aunque sus representantes decidan llevar el rechazo del amparo por la Corte a una instancia internacional, no van a lograr algo en su favor ni yendo con el Papa
. Socarrón, agregó que mejor acudan por la liquidación monetaria que por ley les corresponde. Fue más allá: ofreció a los electricistas que perdieron su empleo por el decreto de Felipe Calderón asesoría legal, apoyo y consejo para que puedan tramitar la indemnización.
Entre las transiciones pendientes en México está la de abandonar la semántica ofensiva usada por un buen segmento de los políticos mexicanos. El uso del lenguaje dizque humorístico, en situaciones donde solamente caben explicaciones y reconocimiento de responsabilidades, debe quedar en el pasado. Zaherir a los ciudadanos y ciudadanas con artilugios que solamente arrancan risas de quien los profiere y sus incondicionales, debe tener un alto costo político para los hilarantes funcionarios públicos.