l desarrollo industrial, agrícola, tecnológico, del entretenimiento y los servicios ha hecho posible que la economía del estado de California sea no sólo la mayor de EU, sino la sexta del orbe. No obstante esa característica, en 2010 el déficit del estado rondaba 20 mil millones de dólares y amenazaba con hundirlo en una crisis económica de proporciones catastróficas. Sin embargo, dos años más tarde sucedió lo inesperado: el gobierno eliminó el déficit y sentó las bases para continuar por esa vía. La fórmula para ello se puede encontrar en cualquier texto de economía: más impuestos, menos gasto y mayor crecimiento. La pregunta es: ¿por qué tardó tanto la solución? La respuesta: la preeminencia del interés privado, que se imponen al de la sociedad en su conjunto.
En el caso de California, el problema tiene origen en la decisión, que data de 1978, de no aumentar impuestos mientras dos terceras partes de la Asamblea de Representantes no lo apruebe. El resultado es que, no obstante el aumento paulatino del déficit, fue imposible reunir los votos necesarios para revertir la medida. Por lo menos una tercera parte del Congreso representa los intereses de quienes tienen mayores ingresos, que son los que se oponen a un aumento en los impuestos. Ante la urgencia de restablecer el equilibrio fiscal, el único recurso que el gobernador encontró para superar ese impedimento fue apelar a los ciudadanos del estado mediante un referendo. En las elecciones recientes sometió a su consideración un aumento en los impuestos a quienes ganan más de 250 mil dólares al año y un aumento de .25 por ciento en el impuesto a las ventas. La medida fue aprobada con una votación de 55.3 por ciento en favor.
Se estima que 3 por ciento de quienes tienen ingresos en California serán objeto de este impuesto, cuya recaudación será de 7 a 9 mil millones de dólares en los próximos siete años. Este aumento en la recaudación impositiva se complementó con la recuperación económica, lo que permitió que los ingresos fiscales del estado se multiplicaran. La segunda parte que el gobernador consideró necesaria para corregir el déficit fue eliminar la duplicidad de funciones en la administración pública y en consecuencia la reducción del gasto. El gasto destinado a la protección social no se tocó, y en el caso de la educación pública, que había sido castigada con recortes en los años recientes, el presupuesto aumentará de 47 a 63 mil millones de dólares en los próximos cinco años. El tercer elemento ha sido la recuperación paulatina en la economía de California.
Vale decir que la idea de redistribuir la riqueza mediante un sistema fiscal más justo no es nueva. En California, se demostró que los impedimentos esgrimidos para impedirla no son insuperables. La sociedad así lo entendió, y mediante su voto emitió un juicio al respecto. ¿Será posible lograr algo similar en otras latitudes?