Martes 12 de febrero de 2013, p. 30
San Francisco. El poderoso fabricante asiático Samsung Electronics emplea el sistema operativo Android de Google para crear teléfonos avanzados y tablets con un gran parecido con el iPhone y el iPad. Samsung empieza a ganar cuota de mercado, dañando los márgenes de Apple y el valor de su acción y poniendo en peligro su reinado en el mundo de la electrónica de consumo. Jobs tenía una respuesta para esto: una guerra termonuclear
legal que habría excluido a los clones del mercado. Cerca de dos años después de que Apple presentó por primera vez una demanda por infracción de patentes contra Samsung, y seis meses después de que obtuvo una enorme victoria legal sobre su rival sudcoreano, las opciones de Apple de bloquear las ventas de productos Samsung se debilitan cada día. Recientes sentencias judiciales hacen pensar que las guerras de patentes de los smartphone están llegando a un punto muerto en el que Apple es incapaz de mostrar que sus ventas se hayan visto dañadas seriamente cuando sus rivales, especialmente Samsung, han imitado sus productos.