Miércoles 13 de febrero de 2013, p. 3
Cristina Reyes, sobrecargo jubilada, arruga la frente, hace pequeños los ojos; parece que quisiera entrar a la pantalla para aprender todo lo que le enseña Gabo, como llaman sus alumnos a Gabriel López, el maestro de redes sociales del Tec.
A sus 20 años, este estudiante de tercer semestre de la carrera de ingeniería de negocios y tecnología de la Información enseña a usar Internet y Facebook a un grupo de padres de familia y trabajadores de esa institución.
“Gabo, ¿puedes repetir ese paso?”, pide alguien, y el profesor se detiene para dar tiempo a sus pupilos –la mayoría rebasan los 50 años– a abrir una página de negocios en Facebook.
En el salón hay ocho mujeres y un hombre tomando la clase. Algunas jubiladas, otras amas de casa o con negocios propios, pueden escaparse al mediodía para estudiar.
¿Si quisiera promocionar mi escuela puedo hacerlo en Facebook?, cuestiona alguien, y el joven le dice que sí. Les da algunos tips para cuidar su privacidad y muchos se emocionan cuando ven materializada su página.
Un aplauso, porque lo hicieron bien; ahora viene lo bueno. Vamos a tuitear
, dice Gabo, y les explica cómo surgió esta red social, lo mismo que términos como etiquetas, hashtags o trending topic.
“Mis hijos no quieren que entre a Twitter, porque voy a ser la tuitera número uno”, comenta una alumna, y se oyen risas, pero el maestro no pierde el control del grupo. Vuelve a atrapar su atención cuando menciona algunos datos curiosos de esa red social.
¿Y cómo se gana el respeto de sus alumnos? –se le pregunta. López responde: a veces llega gente medio necia, pero yo les respondo con una sonrisa y con respeto, para que me respeten
.
La idea, dice Lourdes Espino, del grupo E-scala, la asociación de alumnos que organiza los cursos, es que los adultos mayores sean autosuficientes. No siempre podemos estar con ellos
.