Antes que Oscar Pistorius, otros célebres deportistas fueron protagonistas de la crónica negra al ser acusados, y no siempre condenados, por el homicidio de alguna persona de su entorno.

Carlos Monzón: el argentino, campeón mundial de peso medio entre 1970 y 1977, y considerado uno de los mejores de la historia, fue condenado a 11 años de prisión en 1989 por el asesinato de su tercera esposa Alicia Muñiz. La lanzó por la ventana tras una violenta disputa. Beneficiado por un régimen de semilibertad, murió en accidente de coche en 1995.

Marc Cécillon: el rugbier francés fue condenado en 2008 a 20 años de prisión (reducidos después a 14 tras la apelación), por la muerte de su esposa. El 7 de agosto de 2004, el ex jugador, borracho, disparó contra su mujer con un revolver 357 Magnum, durante una fiesta que reunió a unas 70 personas en casa de unos amigos, en el sur de Francia. Obtuvo una libertad condicional en julio de 2011.

Jovan Belcher: jugador profesional de futbol americano, de 25 años, se suicidó el primero de diciembre de 2012 en el estacionamiento del estadio de su equipo, Jefes de Kansas City, tras matar a su novia, embarazada de tres meses.

OJ Simpson: la ex estrella del futbol americano fue declarado culpable por el doble asesinato, en 1994, de su mujer, Nicole Brown Simpson y de su amigo Ron Goldman, aunque fue absuelto en 1995 al término de un proceso judicial que levantó pasiones en su país. Dos años más tarde, fue declarado culpable en un tribunal civil por un jurado, que le condenó a pagar 33.5 millones de dólares por daños e intereses a la familia Simpson.

Rudi Visagie: en mayo de 2004, el ex rugbier de los Springboks sudafricanos disparó contra su hija Marlé, de 19 años, al confundirla con un ladrón de coches. La chica murió por el impacto de las balas en la cabeza. Tres meses después, la justicia le exculpó por homicidio, al considerar que ya había sufrido suficientemente con la pérdida de su hija.