La primera aparición del nuevo mando del EZLN fue en 1994
escucharlo y mirarlo, pide
Viernes 15 de febrero de 2013, p. 21
El subcomandante Marcos, vocero del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), presentó públicamente al subcomandante insurgente Moisés en un comunicado divulgado la noche del miércoles, pidiendo que lo escuchen; es decir, que lo miren y así nos miren
. Conocido desde 1994 como mayor, y más recientemente como teniente coronel, Moisés es uno de los muchos que somos
; él cuida nuestra puerta y en su palabra también hablamos los todos y todas que somos
.
En Mirar la noche que somos, quinta entrega de la serie Las Miradas, del mando rebelde, Marcos anunció asimismo que este jueves daría a conocer un mensaje a “nuestros compañeros de la Sexta”, en el día en que los zapatistas, las zapatistas honramos y saludamos a nuestros muertos
.
Añadió: Nuestro afán no es otro que el hacerles saber que es a ustedes a quienes nos dirigimos y, de manera muy especial, a quienes ustedes decidan poner al otro lado del puente de nuestra mirada
.
El ahora subcomandante Moisés, uno de los primeros cuadros indígenas del ejército rebelde en los años de clandestinidad y formación, de origen tzeltal, tuvo a su cargo durante muchos años, después del levantamiento de 1994, la región tojolabal en la cañada de Las Margaritas y el sur de la selva Lacandona. Su primera aparición pública fue el 16 de febrero de aquel año, al encabezar la entrega, en Guadalupe Tepeyac, del general y ex gobernador Absalón Castellanos Domínguez, tomado prisionero por los rebeldes el primero de enero.
En el nuevo comunicado, Marcos escribe sobre la nueva etapa de su lucha: “Hace muchas lunas: luna nueva, nuevita, como asomándose ella, apenas para ver las sombras de abajo, y entonces. Llega él-somos. Sin necesitar papeles de consulta o apoyo, su palabra va dibujando las miradas de quienes acá mandan y a quienes obedecemos. Al terminar, miramos. El mensaje de los pueblos es claro, corto, sencillo, contundente. Como deben ser las órdenes.
Nosotros, nosotras, soldados, nada decimos, sólo miramos, pensamos: es muy grande. Eso ya no es sólo de nosotras, de nosotros, ni sólo de los pueblos zapatistas. Ni siquiera es sólo de este rincón, de estas tierras. Es de muchos rincones, de todos los mundos.
“Hay que cuidarlo –decimos todas-somos, y sabemos que hablamos de eso, pero también de él-somos”, añade. En un breve coro de voces, los zapatistas expresan: Hay que hablar con nuestros muertos. Ellos nos señalarán el tiempo y el lugar. Mirando a nuestros muertos, abajo, los escuchamos
.
“Hace unas pocas lunas, llovía…
–¿Ya? Pensamos que iban a tardar más tiempo.
–Pues sí, pero así está.
–Bueno, ahora fíjate bien lo que te vamos a preguntar: ¿Quieren que volteen a mirarlos?
–Quieren, se sienten fuertes, están fuertes. Dicen que eso es de todos, de todas, de nadie. Dispuestos, dispuestas están, dicen.
–Pero, ¿te das cuenta de que no sólo van a mirarnos los que son como somos, también los Mandones de uno y otro lado que odian y persiguen lo que somos?
–Sí, va en nuestra cuenta, sabemos. Nuestro turno, tu turno.
–Bueno, sólo falta el lugar y la fecha.
–Aquí –y la mano señala el calendario y la geografía.
–La mirada que provoquemos con esto ya no será la de la lástima, la pena, la compasión, la caridad, la limosna. Habrá alegría en quienes son como somos, pero coraje y odio en los Mandones. Nos van a atacar con todos sus medios.
–Sí, les dije. Se miraron, pero así dijeron: Queremos mirar y mirarnos con los que somos aunque no sepamos ni sepan que son lo que somos. Que nos miren queremos. De los Mandones estamos listos, listas, dispuestas, dispuestos estamos.
–¿Cuándo, dónde entonces? –se ponen calendarios y mapas sobre la mesa.
–En la noche, cuando amanezca el invierno.
–¿Dónde?
–En su corazón.
– Y también: “–¿Cuándo?
–Cuando hablan nuestros muertos.
–¿Dónde?
–En su corazón”.