Durango, Dur., 14 de febrero. Con atuendo de revolucionario y acompañado de su lugarteniente, el coronel Miguel Trillo, en un acto transdimensional, Doroteo Arango se apareció en el Palacio de Gobierno de la ciudad de Durango que, por más de dos siglos, fue sede de oficinas institucionales y que desde este jueves es el Museo Nacional Francisco Villa: la obra más importante de los festejos del 450 aniversario de la fundación de la entidad, que cuenta con 19 sitios declarados patrimonio de la humanidad.

Se trata de una iniciativa que impulsó el gobernador Jorge Herrera Caldera, quien afirmó que el Centauro del Norte es el mexicano más conocido en el mundo.

Ayer, con bombo y platillo, el gobierno estatal realizó el protocolo de la inauguración de la primera fase de esta obra museística.

Herrera Caldera dijo que se espera que a mediados de año se entregue la segunda parte, que vendrá a enriquecer lo que ya existe. Esperamos que el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CNCA) pronto, después de su revisión, lo convierta en museo nacional. El gobernador estuvo acompañado de su homólogo de Zacatecas, Miguel Ángel Reyes, quien aprovechó para invitar a los duranguenses a la celebración del bicentenario de la toma de Zacatecas por Francisco Villa, en 2014.

Presupuesto de 84.8 millones de pesos

Se invirtió un presupuesto de 84.8 millones de pesos –provenientes del gobierno estatal, de la Secretaría de Turismo y del CNCA– en la restauración del recinto, que primero fue la casa de los Zambrano, familia acaudalada de la región.

Debido al uso burocrático que se le daba, el inmueble tenía serias afectaciones en su estructura original. Sin embargo, en 2010 el ejecutivo estatal empezó el desalojo de todas las oficinas para emprender las obras de rescate y rehabilitación integral de esta hermosa casona de 1798.

Ahora será un espacio museográfico de primer nivel, comentó en entrevista el gobernador Herrera Caldera, quien informó que el recinto albergará salas para exposiciones e interactivas, una destinada a la geología, un auditorio y un centro de convenciones. Se impartirán talleres y tendrá una amplia oferta muestras sobre el jefe de la División del Norte.

A la presentación –en la que se apreciaron los murales ya restaurados– asistieron los nietos y bisnietos del Centauro del Norte.

También estuvo presente el líder social Pedro Ávila Nevarez, villista de hueso colorado, quien habló sobre las virtudes de Villa: Fue un hombre valiente, de coraje y que siempre buscó la prosperidad de México.

El alcalde de la ciudad de Durango, Adán Soria Ramírez, señaló que este museo será trascendental para la historia de México y para potenciar el atractivo turístico de la entidad.

Flor Gutiérrez, directora del museo, afirmó: Muchos siguen discutiendo si Francisco Villa fue un verdadero héroe o si fue un villano de la Revolución; lo cierto es que para muchos su vida estuvo llena de crueldad e infamia antes del movimiento armado, pero la misma revolución lo dignificó y lo hizo un hombre sensible y apasionado por las causas sociales.

En las diferentes salas se podrán conocer las facetas de Villa: héroe, caudillo y ladrón. Lo que buscamos en este museo es, precisamente, que los visitantes se trasladen a la época, que reflexionen y se formen una opinión de quién fue Villa, añadió.

Ofelia Martínez García, curadora y encargada de la museografía, aclaró que este museo no es tradicional. No se compone de objetos: resguarda el conocimiento y la historia de la Revolución vista desde varios ángulos, no es lineal. El museo te obliga a pensar y a discernir sobre el tema: Villa y la Revolución.

En cada una de sus 16 salas se conocerán aspectos diferentes de la vida de Doroteo Arango hasta mostrar cómo fue visto Villa fuera del país; en Europa la figura de revolucionario se incluía en las cartas del Tarot, no sé que representaba, precisó.

Para ambientar el museo fue necesario recurrir a Miguel Ángel Bermúdez, quien participó con fotos inéditas de Villa, y a Guadalupe Villa Marín, historiadora y nieta del Centauro del Norte.

Guadalupe Villa expresó que ante la falta de artículos, nunca pensó que el museo expresara más de la vida de su abuelo. Es lo máximo, porque en verdad aquí se puede conocer la historia de un hombre, de un ser humano, bueno o malo, como quieran verlo al final, pero la historia completa y de forma divertida, adelantó.

Luego de la ceremonia protocolaria, en una de las calles principales de esta bonita ciudad se montó la obra Villa, mi general, escenificación de una leyenda, en la que los 24 actores del grupo Telón de Arena, provenientes de Ciudad Juárez, Chihuahua, relataron algunos episodios de la vida del caudillo.

No me voy a doblegar ante generales forasteros ni políticos chocolateros y relamidos, gritó el actor que representó al revolucionario de San Juan del Río, Durango, y vino un estruendoso aplauso del público, que disfrutó del histrionismo de los de Chihuahua, apasionados en su papeles de revolucionarios y adelitas.

Una de las construcciones más bellas de Nueva Vizcaya

Respecto del inmueble, fue construido por el rico comerciante y minero Juan José Zambrano. Conocido como palacio de Zambrano, es una de las construcciones más bellas de la entonces Nueva Vizcaya.

El acaudalado murió en 1816. Tras la consumación de la Independencia pasó a ser sede del gobierno del estado y residencia de los gobernadores.

Después la propiedad se vio inmersa en un prolongado litigio en la sucesión de Zambrano, hasta que en 1837 los tribunales resolvieron en favor de los herederos del segundo matrimonio del acaudalado minero, pero como en los 21 años que duró el litigio no se pagaron los derechos e impuestos correspondientes, el inmueble fue incautado.