En los productos de la muestra detectó porcentajes entre 28 y 54 del dulce
Fabricantes violan NOM 043 sobre orientación alimentaria, señala; estas acciones, promotoras de obesidad
Miércoles 20 de febrero de 2013, p. 46
Los azúcares añadidos representan la mitad del contenido de los sucedáneos de leche materna y de alimentos procesados para bebés, lo que contribuye al problema de sobrepeso y obesidad que afecta a la población, y además es violatorio de la Norma Oficial Mexicana (NOM) 043 sobre orientación alimentaria, que plantea no agregar azúcar ni sodio a los alimentos dirigidos a los lactantes. Así lo reveló una investigación realizada por El Poder del Consumidor.
Los resultados del estudio se presentaron ayer en conferencia de prensa, donde Alejandro Calvillo, dirigente de la organización civil, resaltó la urgencia de que el país cuente con una estrategia integral de combate a la obesidad y de que los objetivos del Acuerdo Nacional para la Salud Alimentaria (ANSA) suscrito en 2010 se incorporen al Plan Nacional de Desarrollo del gobierno federal.
De esa manera, se garantizaría que las acciones estuvieran respaldadas con un presupuesto específico. Comentó que aunque el ANSA prevé la promoción de la lactancia materna, la Secretaría de Salud (Ssa), responsable de llevar a cabo las acciones, no realizó ninguna campaña masiva de comunicación por falta de recursos económicos. Así lo reconoció la dependencia al contestar una solicitud de información planteada a través del Instituto Federal de Acceso a la Información y Protección de Datos (Ifai).
Es claro que hace falta más que buena voluntad, apuntó, y lo mismo ocurre con la publicidad de estos productos, a la que están expuestas las mujeres embarazadas. Los mensajes son agresivos e inductivos, dijo. Calvillo planteó la necesidad de que el Estado cumpla con el Código Internacional para la Comercialización de Sucedáneos de Leche Materna, el cual plantea que no se debe recomendar el consumo de estos productos, salvo en casos de emergencia, y tampoco se deberían regalar –como ocurre en México– en los hospitales.
Xaviera Cabada, maestra en ciencias de la nutrición, explicó que del análisis de nueve fórmulas lácteas encontró que el porcentaje de azúcar fue de 28 a 54 por ciento, y en algunos casos, las empresas tampoco cumplen con la norma sobre etiquetado que establece que se debe dar la información al consumidor sobre el contenido de azúcares añadidos.
Sobre los alimentos complementarios, Karina García, especialista en nutrición, dijo que en 20 productos revisados, la concentración de azúcar fue de 14 hasta cerca de 100 por ciento. Esto último en algunos jugos. Además, ninguno de los productos cumplió con el mínimo de fibra que deberían incluir en los alimentos procesados.