La colaboradora de La Jornada escribió un libro sobre la autora de El segundo sexo
Enamorada al extremo, fue una mujer normal a quien no le importaba el ridículo, indica
Viernes 22 de febrero de 2013, p. 4
Cuarenta años tardó la escritora Bárbara Jacobs (DF, 1947) en enfrentarse a la obra de Simone de Beauvoir (1908-1986) y, en contraste con lo que pensó durante ese tiempo, no lo hizo ante una férrea y áspera intelectual, pues descubrió a una mujer sensible, con el llanto a flor de piel, enamorada hasta rayar en lo cursi, es decir, humana
.
Ese hallazgo está plasmado en el libro Un amor de Simone, editado por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CNCA), para su colección El Centauro.
Más allá del feminismo que enarboló y sus compromisos ideológicos, Simone, enamorada al extremo, fue sencillamente una mujer normal a la que no le importaba el ridículo, que no dejaba de llorar, es decir, todo lo que es capaz de hacer cualquiera en su caso
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Jacobs llegó a esas conclusiones luego de las lecturas de la correspondencia entre la autora de El segundo sexo (1949) y su amante, el escritor estadunidense Nelson Algren (1909-1981, autor de la novela El hombre del brazo de oro).
En entrevista con La Jornada, Jacobs detalla: “Son unas cartas de pasión, escritas en inglés por ella, la gran escritora en francés por excelencia, y además en un inglés no perfecto, lo cual me la empezó a develar humana. Pensé, ¿cómo se atrevió?, pues Algren, además, se reía de ella.
Nelson fue un escritor popular, famoso en su época, pero murió en Chicago en un absoluto abandono. Su cuerpo lo encontraron días después de muerto, no tuvo hijos, no tenía en ese momento esposa, por lo cual sus pertenencias fueron a subasta pública. Por suerte Simone las recuperó y ahí estaban las cartas que ella le escribió. Al leerlas me di cuenta que su enamoramiento en la vida fue de Nelson Algren. No digo que a Jean-Paul Sartre no lo amara, seguramente lo amó, pero Nelson la hizo ser otra mujer
.
Precisosa historia de amor
Bárbara Jacobs señala que no se trata de tirar del pedestal a De Beauvoir, “pero a mí llegó a darme un poco de pena por detalles como éste: Nelson le regaló al principio de su amor un anillo, de plata mexicana. Hicieron varios viajes juntos, en alguno de ellos vinieron a México, y luego se separaron. Ella no sólo conservó el anillo, sino que nunca se lo quitó y está enterrada con él, en la tumba de Sartre. Es una historia de amor preciosa.
Cuando Nelson la fue a visitar a París por primera vez, Simone dejó de vivir en hotel y montó un departamento para recibirlo, el cual decoró con un sarape mexicano. México estuvo muy presente no sólo en el amor de esta pareja maravillosa y apasionada, sino en ella como gran figura de la filosofía feminista. Por eso me encanta que el lector de este libro sea mexicano
, afirma Jacobs.
La autora considera que esa facilidad envidiable
que tenía Simone para llorar, el alcoholismo que padeció hasta sus últimos días, así como los cabos que ha atado de varias de sus lecturas, pueden ser un reflejo de que “el feminismo que llegó a cobrar forma en vida de ella quizá no es el que quería. Creo que ella estaba más cerca de ese feminismo que se define por la mujer que hace lo que quiere, aunque eso sea tener un esposo, una casa, hijos y además escribir 800 libros. Es decir, acomodar en su vida todo lo que desee, como sucede ahora en Europa y en Estados Unidos.
A través de la lectura directa de esas cartas y de las memorias de Simone (no de traducciones), me he ido conformando otra idea de ella. Ya no me da miedo. Tuve una oportunidad mínima de conocerla, pero entonces no me atrevía. Si hoy pudiera, hasta la abrazaría, antes jamás, ¡para nada!
En este 2013, concluye la escritora, “es más posible que los jóvenes y las jóvenes digan ‘conozcamos a De Beauvoir primero por aquí, por Un amor de Simone’, pues llegarán a la mujer entera, a sus ideas y a su persona, pero desde su lado humano”.
El libro Un amor de Simone será presentado el domingo 24 de febrero, a las 15 horas, en el auditorio Bernardo Quintana, durante la Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería. Participan Miriam Moscona y Julio Trujillo.