Piden que cese persecución a Lucía Morett; 4 estudiantes mexicanos murieron allí
Demandan que los responsables del bombardeo sean llevados ante cortes internacionales
Sábado 2 de marzo de 2013, p. 17
Quito, 1º de marzo.
Los familiares de cuatro estudiantes mexicanos que murieron hace cinco años en el bombardeo colombiano contra un campamento de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en Ecuador visitaron hoy el sitio, colocaron ofrendas florales y calificaron el hecho como un crimen de lesa humanidad
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En un comunicado en nombre de la Asociación de Padres y Familiares de las Víctimas de Sucumbíos, los padres expresan que la conmemoración busca la voz de sus hijos, que retumba en los árboles de la Amazonia, exigiendo justicia
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En el documento, piden que los responsables del crimen sean llevados ante cortes internacionales y que cese la persecución a Lucía Morett, mexicana, la única sobreviviente del bombardeo.
En la madrugada del primero de marzo de 2008, aviones militares colombianos bombardearon territorio ecuatoriano en donde funcionaba oculto un campamento de las FARC. El ataque mató a 21 personas, entre ellas el segundo al mando de la organización, alias Raúl Reyes.
Los estudiantes mexicanos en cuestión estaban en el campamento en la zona de Angostura para recabar información sobre el conflicto colombiano cuando sufrieron el bombardeo, según se conoció.
La incursión produjo una inmediata ruptura de las relaciones entre Ecuador y Colombia, restablecidas ahora tras dos años de interrupción, pero los familiares de los fallecidos aún reclaman justicia y manifiestan que el hecho ha quedado en la impunidad.
Además, denunciaron que el gobierno del presidente de México, Enrique Peña Nieto, no ha sido sensible al fallecimiento de sus compatriotas y en cambio contrató como asesor de seguridad externa del país al general Óscar Naranjo Trujillo, quien fue jefe de la policía colombiana a la fecha del bombardeo.
Los familiares indicaron que se reunirán con autoridades judiciales de Ecuador y con organismos de derechos humanos a fin de que se mantengan los procesos indagatorios sobre el hecho.