Dejar de lado los fármacos y respaldar a la ayuda familiar, recomiendan en reunión en París
El número de pacientes de males neurodegenerativos podría superar los 10 millones en Europa en 2040
Hace dos años se lanzó el proyecto Alcove, en el que participan 19 países de la UE
Emite medidas que limitan el uso de neurolépticos y promueve el diagnóstico temprano
Viernes 29 de marzo de 2013, p. 2
París, 28 de marzo.
Un diagnóstico más precoz, menos neurolépticos y una ayuda familiar mejor respaldada son las propuestas de especialistas europeos reunidos en París para tratar el Alzheimer y otras enfermedades degenerativas.
Estos padecimientos neurodegenerativos, para las cuales no existe de momento cura, afectan a 6.36 millones de personas de más de 65 años de edad en Europa, cifra que podría superar las 10 millones de personas en 2040, según las estimaciones presentadas el jueves por Nicola Vanacore, del Instituto Superior de Salud de Italia.
Pero el problema concierne asimismo muy directamente a 20 millones de asistentes familiares, que padecen en muchos caso ellos mismos a la hora de acompañar a pacientes de comportamiento particularmente desconcertante.
Estos trastornos son la primera causa de depresión de los asistentes
, subraya Armelle Laperre-Desplanques, coordinadora del proyecto europeo de cooperación sobre la enfermedad de Alzheimer bautizado Alcove (Alzheimer cooperative valuation in Europe).
El proyecto, lanzado en 2011 por la Comisión Europea y en el que participan 19 países de la Unión Europea, es coordinado por la Alta Autoridad de Salud, organismo independiente francés cuyo papel es favorecer las buenas prácticas en la medicina. El organismo emitió una serie de recomendaciones para mejorar el tratamiento de la enfermedad a escala europea.
Entre estas recomendaciones figura limitar la sobrexposición
de las personas afectadas por el Alzheimer a los neurolépticos, cuya utilización es muy importante en los geriátricos, con tasas que van de 25 a 60 por ciento, según los países europeos estudiados.
Para disminuir estos tratamientos, que pueden ser deletéreos
para los pacientes, el proyecto Alcove recomienda enfoques que dejan de lado la farmacología, y un mejor acompañamiento del personal de ayuda familiar.
No hay receta milagrosa
, reconoce Harriet Fine Soveri, médica finlandesa que coordinó los trabajos del grupo dedicados a la asistencia en trastornos del comportamiento.
Interrogada sobre los enfoques no farmacológicos, precisó que todo depende de la situación. Si el trastorno está relacionado con el dolor, hay que tratar el dolor; si, en cambio, se trata de una pérdida de referencias, hay que educar a los asistentes para evaluar las necesidades del paciente
, explicó.
La enfermedad de Alzheimer, así como las otras demencias seniles, afecta principalmente a las personas de edad avanzada. Provocan pérdida de memoria, declive de las funciones cerebrales, o modificación de la personalidad. En Francia afectan a unas 875 mil personas y en Italia a 950 mil, según las estimaciones de Vanacore que, basándose en los estudios más recientes, evalúa la prevalencia de esas enfermedades en 7.2 por ciento entre los mayores de 65 años.
El proyecto Alcove estudia también el diagnóstico de la enfermedad, que interviene de manera tardía.
Sólo la mitad de los casos son diagnosticados y muchos lo son de manera tardía
, señala Leperre-Desplanques, quien subraya que la enfermedad debería poder ser disgnosticada apenas aparecen los primeros síntomas de pérdida de memoria.
Un diagnóstico precoz permite a los asistentes familiares capacitarse
para acompañar a los pacientes y atrasar así su ingreso en una institución, agrega la coordinadora.