Lo que no es normal es que se vuelvan desastres, advierte
Sábado 30 de marzo de 2013, p. 31
La actividad sísmica en territorio mexicano es una constante y no debe generar pánico entre la ciudadanía. Durante 2012 se suscitaron 5 mil 200 temblores (un promedio de 14 diarios), de acuerdo con registros del Servicio Sismológico Nacional (SSN).
Carlos Valdés, jefe de ese servicio –adscrito al Instituto de Geofísica (IG) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM)–, detalló que de los más de 5 mil movimientos telúricos del año pasado, sólo 11 tuvieron una intensidad superior a 6 grados en la escala Richter.
En el país, estos eventos son normales, lo que no debe ser normal es que se conviertan en desastres. Por eso hay que actuar: realizar simulacros, diseñar planes familiares y revisar las estructuras de los inmuebles, porque es un hecho que habrá sismos de mayor magnitud
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Un terremoto de 5 grados –explicó– libera la misma energía de la bomba atómica de Hiroshima y Nagasaki, en tanto que uno de 6 grados sería 30 veces mayor. Por ello, enfatizó en la atención que la ciudadanía debe dar a los inmuebles, en particular a los habitacionales.
Las estructuras, al igual que las personas, a medida que envejecen se van deteriorando y requieren de mantenimiento adecuado. Éste regularmente se reduce a pintura e impermeabilización, pero algo importante es revisar los cimientos, sobre todo en las zonas del centro de la ciudad de México o donde hay salitre y humedad. Comúnmente la gente toma como referencia el sismo de 1985 y dice que su edificio o casa lo soportó, pero hay que considerar que han pasado casi 28 años
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En entrevista, consideró como una coincidencia
que el terremoto que se sintió en la ciudad de México la mañana del martes, con intensidad de 5.4 grados en la escala Richter, se haya suscitado un año después del evento del 20 marzo de 2012, que alcanzó una magnitud de 7.4 grados.
El SSN informó que el sismo del martes tuvo su epicentro 86 kilómetros al suroeste de Pinotepa Nacional, Oaxaca. Mientras que el de hace un año se originó en Ometepec, Guerrero, regiones vecinas.
Para el investigador del IG de la UNAM la coincidencia en las fechas no debe ser motivo de preocupación entre la población, pues el evento es parte natural
de una región sísmica.
No hay una relación (entre el del martes y el de hace un año), podríamos decir que se trata de una coincidencia, es algo nada extraordinario. Forma parte de los parámetros que podríamos esperar para un país como México.
Agregó que el reciente sismo (5.4 grados), que tuvo al menos siete réplicas el mismo martes, desató una energía equivalente a 10 o 15 bombas atómicas.
Gracias a que el SSN cuenta con mayores herramientas y más estaciones, las mediciones de estos eventos son más precisas. Al respecto, Valdés detalló que hace siete u ocho años sólo alcanzaba a registrar alrededor de 900 sismos al año, cantidad que se ha incrementado, pero no porque tiemble más, sino porque hoy tenemos más estaciones sísmicas y mayor capacidad para detectar terremotos de magnitudes pequeñas
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