En el mercado de La Lagunilla Varios impera el miedo. No sólo por ser uno de los centros de abasto de riesgos inminentes ante la falta de mantenimiento –según consideran legisladores locales y el Gobierno capitalino–, sino porque en voz del administrador del lugar, Enrique Olivas Mendoza, y el velador, Ángel Loza Solache, la inseguridad los azota a diario.

Pese a existir una estación de policía a dos calles, no hay vigilancia y los clientes han dejado de venir porque son atracados tiro por viaje, denunciaron.

Han aumentado los casos en que cuando la gente sube lo que compraron a su carro, los agarran y les quitan todo, expresó Cirila Méndez Ortega, empleada de la administración.

En un recorrido por el mercado, ubicado en Allende 73, perímetro de la delegación Cuauhtémoc, este diario observó las conexiones de luz en mal estado; las instalaciones eléctricas tienen muchos años y, según Olivas, nunca han sido cambiadas.

Urge pintura, desazolve y varias reparaciones

Asimismo, existen 30 extinguidores en todo el lugar –que alberga a 340 comerciantes–, pero dichos implementos sólo están en algunos locales, pues si se colocan en áreas comunes se los roban.

La administración y los locatarios formaron un comité de protección civil en el cual se distribuyen las tareas en caso de un siniestro; sin embargo, los pasillos están obstruidos casi en su totalidad por mercancía, lo que dificultaría las rutas de evacuación si sucediera algún percance. Los locales son muy chicos y no caben los muebles, señalaron los comerciantes entrevistados.

La nave del mercado tiene una extensión de más de 5 mil metros cuadrados. Con 53 años de antigüedad, necesita urgentemente ser impermeabilizada, aunque sea en las orillas, porque cuando llueve hay muchas filtraciones de agua, expresó el administrador.

Hace varios meses, incluso, hubo ráfagas de viento que volaron parte del techo y los tragaluces de lámina, por lo que ante la falta de recursos, buscaron apoyo y un taller ayudó a reparar los daños sin cobrar mano de obra. Nosotros sólo compramos el material, comentó.

De igual forma, en La Lagunilla Varios se requiere pintura, reparación del techo, desazolve y modernización, en general, ya que desde hace 15 años no recibe mantenimiento, pero, en opinión de Ángel Loza, sobre todo se necesita seguridad.

En otros mercados, afirmó Cirila Méndez, hay seguridad privada, pero aquí no hay para eso. Estamos desprotegidos.

No obstante, quienes trabajan todos los días en este mercado son optimistas y afirman que pese a las carencias, seguirán peleando para que perdure: hay que buscarle y luchar porque la tradición siga y no muera.