¿Cuánto cuesta una medalla?
penas en el cuatrienio pasado se otorgaron a la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (Conade) 20 mil millones de pesos. Se obtuvieron siete medallas en los últimos Juegos Olímpicos, lo que lleva a la impresionante cifra de casi 3 mil millones de pesos por una medalla en esa justa.
Aún más preocupante es que parece que sólo importa el incremento de ingresos; en 2009, la inversión fue de 3 mil 437 millones de pesos; para 2010, la cifra aumentó a 4 mil millones; en 2011, esta cifra subió a 5 mil 500 millones; y en 2012, el presupuesto alcanzó hasta 7 mil millones. ¿Cuántos de esos millones llegaron a la investigación en ciencias aplicadas al deporte, o a la formación de entrenadores que son pilares de cualquier estructura deportiva?
La fórmula de inversión parece estar invertida. Se sigue exigiendo a los directivos que comprometan más medallas que las conseguidas en la administración anterior. ¿Podría siquiera pensarse que un país es mejor deportivamente por el número de medallas conseguidas? En ese caso, habría que deducir que Jamaica, con sus 12 preseas obtenidas en Londres, tiene mejor desarrollo deportivo que España. Pero, en los últimos años, España ha sido campeona del mundo en futbol, automovilismo, baloncesto europeo y en tenis de la Copa Davis.
Costo del sedentarismo
En México se otorgan recursos a los deportistas que ya consiguieron una medalla en lugar de invertir en los procesos que facilitan el desarrollo deportivo. En vez de medir el éxito por el número de preseas, podríamos observar los beneficios del deporte con otros indicadores más trascendentes: la mejoría en el estado de salud de una población activa o el avance progresivo del nivel deportivo. Vivimos en un país que tiende a pasos agigantados al sedentarismo, y el costo futuro de los servicios de salud debido a las enfermedades relacionadas resultará impagable.
Lo que el deporte puede dar a la sociedad es más importante que el lugar del medallero. Si seguimos asignando recursos sólo después de triunfos, continuaremos teniendo deportistas que se hacen a sí mismos luchando contra las condiciones del deporte nacional. O invertimos en las estructuras institucionales o nunca podremos construir un deporte de calidad.
