En apoyo a los agricultores de Tamaulipas afectados por la sequía, la Comisión Nacional del Agua (Conagua) puso en marcha un programa de rebombeo mediante el cual los productores de maíz y sorgo, en los municipios de Río Bravo y Valle Hermoso, recibirán el líquido proveniente del río Bravo para salvar unas 8 mil hectáreas de esos cultivos.

El director general del organismo en la cuenca golfo norte, Felipe Alcocer Espinoza, dijo que se bombearan alrededor de 14 millones de metros cúbicos de agua desde sitios distintos del distrito de riego 025, para que los agricultores de la zona fronteriza tengan certidumbre.

“En este operativo participa el personal de atención a emergencias de Conagua, quien maneja y traslada los equipos de bombeo de 18 y 12 pulgadas de diámetro. Se estima que el apoyo durará dos meses, pero si no caen lluvias se ampliará la vigencia”.

Señaló que los agricultores solicitaron el apoyo de la dependencia federal como parte de las acciones del programa nacional contra la sequía en el estado.

El funcionario reconoció que la situación que prevalece en el campo tamaulipeco es crítica, y por lo mismo hay instrucciones de las oficinas centrales para que la dependencia apoye a los productores y paliar el impacto de la sequía.

Abasto con presa de Tequisquiapan

En Querétaro, el municipio de Jalpan de Serra comenzó a utilizar la presa del ayuntamiento de Tequisquiapan y el manantial el Chuveje, para abastecer del líquido a sus más de 25 mil pobladores que carecen de él.

El edil de Jalpan de Serra, Saúl Trejo Altamirano, señaló que se espera un periodo de escasez difícil para mayo, junio y julio, por lo que realizan una campaña de concientización para pedir a los ciudadanos racionar el vital líquido ante el estiaje.

En tanto, legisladores panistas federales y estatales de Nuevo León cuestionaron el cumplimiento del compromiso del presidente Enrique Peña Nieto con el Proyecto Monterrey VI, que contempla la construcción de acueductos.

El legislador federal Martín López Cisneros manifestó que el gobierno estatal debe aplicar las partidas presupuestales contempladas para contingencias, y no esperar a recibir recursos federales para resolver el problema del estiaje, sobre todo en la zona rural.