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Hay que reimpulsar el sistema formativo, dice el ex titular de la SEP Ángel Pescador

Escuelas normales no deben desaparecer; son esenciales para el desarrollo: expertos

Demanda ex director de la Nacional de Maestros incluir a docentes en elaboración de propuestas

 
Periódico La Jornada
Lunes 8 de abril de 2013, p. 8

Para concretar un proceso integral de transformación en las escuelas normales del país es imperativo incluir la visión de docentes e investigadores, dotar a ese sistema de presupuesto suficiente, rehabilitar su infraestructura y respetar su identidad histórica.

Expertos en el tema resaltaron la importancia de la formación normalista y coincidieron en que esas escuelas no deben desaparecer, pues son fundamentales para el desarrollo de la nación.

Hace unos días el subsecretario de Educación Superior, Fernando Serrano Migallón, aseguró ante representantes de los medios de información que las escuelas normales se transformarán. Sin embargo, no ofreció detalles sobre el sentido de esa modificación.

Para el ex titular de la Secretaría de Educación Pública (SEP) José Ángel Pescador, sería un grave error optar por la desaparición de ese sistema formativo. Por el contrario, enfatizó, debe reimpulsarse.

Indicó que el primer paso para concretar ese objetivo es revisar la literatura sobre el tema y consultar a expertos tanto de México como de otras naciones.

Otro punto fundamental es dar a esas escuelas la prioridad que merecen, en particular porque desde hace 40 años el sistema se ha visto disminuido por decisiones de las autoridades educativas, lo cual se tradujo en escaso presupuesto, desatención a sus necesidades, burocratización, desarticulación y reducción de sus problemas académicos, pedagógicos e históricos a meros conflictos políticos.

Perdieron prestigio y su condición académica se deterioró sensiblemente. En esto los principales responsables somos quienes hemos estado al frente de las decisiones, de la rectoría de la enseñanza.

Dotarlas de un presupuesto adecuado e impulsar la preparación pedagógica integral de los docentes (no sólo en español, matemáticas y ciencias, sino también con disciplinas como historia, civismo, educación física y artística y uso de las tecnologías) son otros dos elementos expuestos por el ex funcionario público –de formación normalista– para alcanzar la transformación de esas escuelas.

Juan Manuel Rendón, ex director de la Benemérita Escuela Nacional de Maestros, enfatizó que aun cuando la actual administración federal mantiene un discurso que se inclina por la transformación, siempre pesa la amenaza de su aniquilamiento, en particular contra las normales rurales de Oaxaca, Guerrero y Michoacán, debido a que tienen una posición más radical.

Una verdadera transformación, apuntó, debe incluir la participación directa de quienes forman parte del sistema; revisión de los planes de estudio; presupuesto digno; equipamiento; rehabilitación de infraestructura; un programa serio de actualización para profesores y brindarles apoyo para sus estudios de posgrado; enriquecimiento de bibliotecas; distribución equitativa de plazas, y modificar la estructura orgánica para dotar a las escuelas de autonomía, en particular para impulsar una gestión horizontal.

Lamentó que en la actualidad el discurso de las autoridades educativas no corresponda con la realidad que viven las escuelas normales, pues en la práctica se les está estrangulando. Muestra de ello, apuntó, es que entre 2008 y 2012 se autorizó un presupuesto para la operación de estas instituciones –sin contar salarios– de mil 736 millones de pesos, o que en el ejercicio presupuestal de 2005 se redujo 26.7 por ciento la inversión para el Programa de Mejoramiento Institucional de las Escuelas Normales Públicas, al pasar de 11 millones 244 mil pesos a 8 millones 244 mil.

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Deben canalizarse más recursos a esas instituciones, enfatiza José Ángel Pescador OsunaFoto Carlos Cisneros/archivo

El ex directivo expresó que la actual administración federal anunció que como parte del Programa de Fortalecimiento de la Educación Normal se otorgarán 253 millones de pesos para ellas. Sin embargo, agregó, si esos recursos se repartieran de manera equitativa entre las casi 300 normales que existen en el país, a cada una le correspondería menos de un millón. Pero es dinero sujeto a concurso, es decir, no todas las escuelas lo recibirán.

El plan de 10 años para desarrollar el sistema educativo nacional, elaborado por expertos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), apunta que las dos décadas transcurridas desde la incorporación de las escuelas normales a la educación superior han evidenciado tensiones que abonan en favor de un sentimiento de desplazamiento ante descalificaciones que enfatizan sus debilidades académicas institucionales, las cuales desalientan en lugar de entusiasmar sobre la necesidad de cambio.

El análisis de los universitarios, coordinado por el rector de la institución, José Narro, presentado en febrero pasado, asienta que es necesario respetar la identidad histórica de esas escuelas para que puedan desarrollar modelos institucionales propios, mucho más vinculados con sus aspiraciones locales y regionales, así como con sus compromisos futuros.

Las normales necesitan transitar hacia un nuevo modelo formativo, hacia la redefinición de lo que significa la educación superior y la responsabilidad social que tienen en materia de formación de profesores. Es importante que se vinculen con el sector universitario y la Universidad Pedagógica Nacional.

El diagnóstico de la UNAM propone además redefinir su proyecto formativo a partir de la pluralidad de pensamientos, ideologías, teorías y crítica como elemento definitivo de la enseñanza superior; establecer lineamientos generales de formación que incluya una preparación disciplinar y pedagógica, uso de las tecnologías de la información, manejo de un segundo idioma (inglés, lenguas originarias u otras) y el papel de la práctica en la formación docente.

De especial relevancia es proveer de mayores recursos financieros el programa de fortalecimiento de las escuelas normales, con especial atención a las normales rurales y reconociendo sus características.

El descuido y la desatención en los pasados 40 años a la formación inicial de los profesores, particularmente la marginación de las normales, ha provocado que en la actualidad aspiren a la docencia sujetos con menor capital social y cultural. La carrera de maestro dejó de ser aspiración atractiva en la sociedad mexicana, cuando en realidad debería considerarse una profesión que requiere vocación, pasión y empeño por sus implicaciones en la vida de los estudiantes y de la sociedad en general, finaliza el análisis de la UNAM.