Son engañados sobre las condiciones del empleo para cobrarles más: activistas
constante
Lunes 8 de abril de 2013, p. 41
La estafa en el proceso de reclutamiento de trabajadores temporales ha sido una constante. A pesar de que las legislaciones de Estados Unidos y México prohíben el cobro de cuotas de contratación, es una práctica recurrente que cobren por sus servicios
, según el informe del Centro de los Derechos del Migrante (CDM), en el que revela las fallas fundamentales del Programa de Trabajadores Temporales H-2.
Este tema, así como la urgencia de reconocer las contribuciones económicas, sociales y culturales de los migrantes y poner fin al grave estado de vulnerabilidad que vive dicho sector, serán planteados este lunes en la Secretaría de Gobernación por el colectivo PND-Migración, una coalición de más de 50 organizaciones y redes del país, quienes demandan una política migratoria integral, multidimensional, en un marco de derechos y que incluya el desarrollo, la rendición de cuentas y la participación ciudadana.
El estudio del Centro de Derechos del Migrante destaca que más de 100 mil trabajadores son contratados cada año en trabajos temporales de bajos salarios en Estados Unidos con visas H-2 A para trabajos agrícolas y H-2B para labores de otra índole.
“Estos trabajadores son atraídos con mentiras y les cobran cuotas ilegales de reclutamiento y tasas de interés altas por los préstamos –que se ven obligados a adquirir con agiotistas para sufragar los gastos del reclutador, visas o pasajes– para ir a trabajar. Muchos son defraudados, causando un daño a sus comunidades de origen”, puntualiza el reciente estudio.
Sostiene que los reclutadores “con frecuencia hacen falsas promesas acerca de las condiciones de empleo con la intención de atraer a más trabajadores y cobrar tarifas de reclutamiento más altas. Más de la mitad de los trabajadores encuestados –para el presente informe– no recibieron una copia de su contrato”.
En Canadá, las cosas no son diferentes. El grupo Justice for Migrant Workers (J4MW) destaca que el Programa de Trabajadores Agrícolas Temporales (PTAT por sus siglas en inglés), que trata de dar respuesta a la escasez de mano de obra en el sector agrícola canadiense, adolece de graves fallas en el trato que se dispensa a los trabajadores huéspedes, ya que cualquier queja que estos presenten por maltrato o incumplimiento de las condiciones de contratación, puede colocarlos en la lista de informes negativos y claro de empleador, con lo que se cierran la puerta para una eventual recontratación.
“Los trabajadores agrícolas migrantes realizan labores pesadas, difíciles y a menudo peligrosas las cuales pocos canadienses optan por hacer. Muchos de estos trabajadores se resisten a defender sus derechos ya que a los patrones les resulta más fácil devolverlos a México que resolver sus preocupaciones –en este caso el costo de pasaje de vuelta es a cargo del empleado–. El miedo y la falta de mecanismos de apelación, de seguridad por la alta tasa de rotación, y la falta de supervisión, silencian la lucha de migrantes”, dice el grupo J4MW.