Hoy viernes a las 12 del día se estrena Zítari, que Miguel Contreras Torres filmó en 1930, en el Teatro Ocampo, en Morelia, Michoacán. La cinta fue sometida a un minucioso y largo proceso de limpieza y copiado, por Francisco Gaytán y su equipo de restauradores y laboratoristas de la Filmoteca de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). En la función se develará una placa en honor del cineasta uno de los pioneros y pilar de la cinematografía mexicana.

Por otro lado, el cineasta michoacano Miguel Contreras Torres y su participación en la construcción del cinematografía nacional es el tema central del documental La historia negra del cine mexicano, dirigido por el joven Andrés García Franco, quien participó en el homenaje al realizador y en la restauración de Zítari.

En entrevista con La Jornada García Franco afirmó: Se develó la placa para rendir tributo a este gran cineasta en el Tetro Ocampo, porque las que se pusieron en su pueblo, Zinapécuaro, fueron robadas. En este recinto estará más resguardada y es un lugar simbólico, pues fue uno de los tres locales que Contreras Torres adquirió para iniciarse como empresario en la exhibición de cine, en 1917.

Hombre de amplia trayectoria

Se le preguntó por qué se le ocurrió hacer un documental sobre Contreras Torres. García Franco contestó: “Cuando comencé a estudiar cine sucedió algo muy significativo: nadie me había contado nada del cineasta, menos que fue tío de mi mamá.

“Cuando me enteré de quién era, me di cuenta de que fue uno de los pilares del cine nacional, que tuvo una carrera larga y que capacitó a personajes como Emilio Indio Fernández, Cantinflas, Gabriel Figueroa... trabajó con todas las grandes figuras mexicanas...

“Descuidar la memoria familiar es algo que sucede a nivel social en el país; no nos preocupamos por valorar nuestra cultura, no atesoramos las cosas importantes que debemos guardar como pueblo. Esta desmemoria da como resultado la pérdida de auditorios, de la tradición y la cultura, cuando esto último es más valioso que el petróleo... así se me ocurrió La negra historia del cine mexicano.”

El cineasta señaló que el título “está inspirado en una obra que escribió Miguel Contreras Torres en 1960, titulado El libro negro del cine mexicano. De ahí partí para dar a mi documental un tratamiento cómico, porque no quiero que sea pesado ni histórico, que no pueda dialogar con las nuevas generaciones. El trabajo está en etapa de edición y espero que lo estrenemos en el próximo Festival Internacional de Cine de Morelia”.

García Franco explicó que otra de las aristas del documental “son las condiciones de exhibición del cine mexicano, porque en los pasados 50 años se perdió público. Asocio la situación que prevalecía en ese tiempo con la época posterior a la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio y las prácticas neoliberales. Si comparamos las cintas producidas en la década reciente con las que se hacían en los años 40, prácticamente estamos en los mismos cifras: se producen alrededor de 70 largometrajes, que habla de que tenemos mucha gente trabajando en todos los renglones de la producción de películas: guion, fotografía, dirección...

Miguel Contreras Torres aparece en esta imagen de archivo
Foto Cortesía Andrés García Franco

Una de las preguntas básicas que plantea el documental es ¿qué podemos aprender de la historia del cine nacional ahora que contamos con las ventajas de las nuevas tecnologías, como la Internet, la televisión por cable y satelital, la plataforma de teléfonos celulares para que la crisis de la exhibición de películas nacionales no continúe con el mismo patrón que los 50 años?

El cinerrealizador agregó: Miguel Contreras Torres fue líder de una lucha política y cultural que sucedió entre 1950 y 1953, cuando la exhibición estaba en manos de una sola persona, dueña de todas las salas del país. Junto con José Revueltas, Fernando de Fuentes y otras personalidades metidas en la producción, trabajaron para que la producción y exhibición de cine mexicano tuviera mejores condiciones... Sin embargo, en 50 años la situación de la exhibición no ha cambiado, mientras la producción ha subido y bajado dependiendo de la preocupación del Estado. Haciendo cuentas no ha habido una política fuerte en cuanto a distribución y exhibición, que asegure a todas las películas mexicanas que se producen los espacios de consumo.

Otras formar de lanzarlos al mercado

Agregó: “Creo que hay que olvidarnos de Cinépolis y Cinemex como posibilidades reales; hay que preocuparnos por lanzar las producciones en devedé al mercado, por la descarga en línea, por tener un canal satelital que llegue a todo el país, que son posibilidades tangibles por los nuevos canales de distribución que ofrece la tecnología. Antes las latas de las películas se quedaban en los estantes, ahora, en los discos duros de las computadoras de los directores.

En la actualidad es más fácil distribuir que pelear con los consorcios para que den una semana más de exhibición. Además, el cine mexicano está confinado a espacios reducidos, horarios incómodos, complejos lejanos al público consumidor, o sea, condiciones impuestas para no incomodar la exhibición de cine de Hollywood, principalmente.

Finalmente, el entrevistado afirmó: En lugar de aspirar a que nuestras películas se vean como las hollywoodenses o europeas, que tengan la misma fotografía, hay que revisar nuestra historia para abastecernos de ella. Hay que comenzar a cambiar las reglas.