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Estrenan la primera parte de una trilogía auspiciada por el dramaturgo Sam Shepard

La guerra de la droga en México llega al teatro La MaMa de NY

El montaje se inspira en la historia real de Marisol Valles García, joven mexicana que como jefa de policía municipal se enfrentó a los cárteles en Chihuahua

La memoria por los muertos y la esperanza para las generaciones futuras fueron sus únicos aliados en tan inútil batalla

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Marisol Valles García fue jefa de la policía del municipio de Praxedis G. Guerrero, en ChihuahuaFoto Archivo
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Imagen difuminada que ilustra el cartel de la obra que se presenta en el recinto neoyorquino de teatro experimental
 
Periódico La Jornada
Sábado 13 de abril de 2013, p. 2

Nueva York, 12 de abril.

Una mujer joven intenta acabar con el círculo vicioso de la violencia y los tradicionales papeles de género en un México que se desangra por la guerra de las drogas. Sus únicos aliados: la memoria de los muertos y la esperanza de generaciones futuras.

Este es, en esencia, el argumento de So Go The Ghosts of México, estrenada el jueves en el teatro experimental La MaMa de Nueva York.

Escrita por Matthew Paul Olmos, se inspira en la historia real de Marisol Valles García para poner en evidencia la brutal y aparentemente inútil batalla por acabar con la violencia del tráfico de drogas en la frontera entre México y Estados Unidos.

Fue el prestigioso actor y dramaturgo Sam Shepard, ganador de un Pulitzer por Buried Child, quien eligió a Olmos para escribir el libreto de So Go The Ghosts of Mexico, la primera parte de una trilogía que aborda la guerra contra las drogas.

La obra se centra en Mari, una joven de 22 años que aceptó convertirse en jefa de policía del municipio de Praxedis G. Guerrero, en Chihuahua, después de que su predecesor acabó decapitado a manos de un cártel. Su método para afrontar la situación es poco convencional: Mari decide desarmar el departamento de policía, alegando que los cárteles siempre los superarán en armas y violencia, y promueve el desarrollo de la comunidad para evitar que los jóvenes acaben atrapados en las redes del tráfico de drogas.

Cuando Mari comienza a trabajar, una canción emitida por una misteriosa radio que encuentra empieza a sonar en cada despertador, frigorífico y altavoz de la zona, volviendo loco a El Morete, un traficante de poca monta.

La música, que simboliza el empeño de Mari en romper el silencio y cambiar el sistema, irrita a los cárteles, desatando una cadena de acontecimientos que ponen a prueba su determinación para luchar.

So Go The Ghost of México analiza diversas dinámicas de poder a escala personal, social e internacional. La decisión de Mari de aceptar el reto de la lucha acarrea la confrontación con su marido, que se siente traicionado cuando ella elige arriesgar su vida en lugar de concentrarse en sus planes de tener un hijo.

Para persuadir a la joven de que deje su trabajo, el marido finge conversar con su futura hija. Y Mari explica que su trabajo servirá para crear un futuro mejor para toda la familia, especialmente para los niños. Así, la hija no nacida se convierte en la única esperanza de la pareja, pero su presencia no es el único fantasma.

El jefe de policía decapitado regresa para vengar su muerte, alentando a Mari a combatir los problemas haciendo uso de la violencia. Él representa a todos los que murieron por la guerra contra el tráfico de drogas, y su influencia en la joven policía es igual de fuerte que la esperanza en el futuro. En esta lucha, los muertos y los no nacidos son más poderosos que los vivos.

La obra aborda también el enfrentamiento entre papeles de género, pues todos los hombres que aparecen están muertos, carecen de poder o resultan patéticos. Sin embargo, su crítica más mordaz emerge de la caracterización de los traficantes en Estados Unidos: mientras los mexicanos empuñan las pistolas, al otro lado de la frontera les dicen qué es lo que deben hacer.

El traficante estadunidense y Mari se refieren a El Morete como el hombrecito, evidenciando que la violencia no se puede frenar sólo desde México, pues el dinero que se inyecta en el tráfico de drogas viene de Estados Unidos. Irónicamente, será el dealer estadunidense quien ofrezca a Mari cruzar la frontera con él y convertirse en una heroína. Y la joven tendrá que elegir entre continuar con su lucha o escapar de su país y sus fantasmas.

Envuelta en simbolismo, So Go The Ghosts of Mexico ofrece una visión llena de matices e invita a reflexionar sobre la complicada realidad de las guerras de la droga en México, recordando al público estadounidense lo cerca que esa realidad está de sus casas.