El litigio en la Suprema Corte de EU tendrá repercusiones en la biotecnología
Extraer simplemente un producto natural no es suficiente
, afirmó Christopher Hansen, abogado de la asociación de patología molecular
Son construcciones humanas
y no podían ser comparados con órganos humanos como el hígado o los riñones, señaló el laboratorio
Martes 16 de abril de 2013, p. 2
Washington, 15 de abril.
El ADN, como producto de la naturaleza o resultado de un hallazgo científico, ¿puede ser patentado?: es la pregunta que se formuló el lunes la Suprema Corte de Estados Unidos en un litigio sobre dos genes vinculados al cáncer de mama y de ovario.
Durante una audiencia de poco más de una hora los nueve magistrados que componen la Corte no parecían alcanzar un acuerdo sobre este litigio, que podría tener repercusiones importantes en el sector de la biotecnología y de la investigación genética.
Examinaron uno por uno el ejemplo del oro, producto natural que se extrae del suelo con fines comerciales; de un bate de béisbol, que se recorta de un tronco de árbol, e inclusive de una planta oriunda de la Amazonia, que se usa con fines medicinales.
Extraer simplemente un producto natural no es suficiente
; estos productos, todos procedentes de la naturaleza, no pueden ser patentados, afirmó ante la Suprema Corte Christopher Hansen, abogado de la asociación de patología molecular quien, junto con investigadores, médicos y enfermos, critica la decisión de la empresa Myriad Genetics de patentar dos genes que permiten identificar el cáncer de mama y el de ovario.
Por su lado, el abogado de Myriad, Gregory Castanias, afirmó que los genes son construcciones humanas
y no podían ser comparados con órganos humanos como el hígado o los riñones, los cuales no podrían ser patentados.
Myriad presentó nueve patentes por dos genes que logró aislar, el BRCA 1 y 2, cuyas mutaciones hereditarias hacen aumentar fuertemente el riesgo de padecer un cáncer de mama y de ovario.
Reunidos ante la Suprema Corte, médicos y mujeres que sufren o han padecido estas enfermedades estimaron que el monopolio de Myriad sobre estas patentes impide seguir adelante con nuevas pruebas médicas y resulta una traba para investigar.
El conocimiento no se puede patentar
, declaró James Watson, premio Nobel por haber descubierto en colaboración con el biofísico británico Francis Crick y gracias al trabajo de muchos otros investigadores) en 1953 la estructura del ADN, a quien nunca
se habría ocurrido
patentar su hallazgo.
El profesor Harry Ostrer, médico y profesor de patología y genética en Nueva York se preocupó ante la falta de competencia, lo que le impide proponer otras pruebas a sus pacientes pobres del Bronx
.
En la majestuosa sala de audiencias, la mayoría de los jueces de la Corte Suprema no podían ocultar su preocupación al ver que Myriad se apropiaba de un gen que simplemente aisló.
La jueza Sonia Sotomayor propuso incluso con cierta ironía patentar una receta propia de galletas de chocolate, pero no la sal, ni la harina ni los huevos
que usó para hacerlas.
El defensor del gobierno, Donald Verrilli, abogó por un compromiso al estimar que el material genético sintético
podía ser patentado como producto de la creación del hombre, en oposición a los genes aislados del cuerpo humano. Una opción intermedia que podría tentar a los jueces.
En Alemania o en Francia, no se puede obtener una patente simplemente por haber aislado un ADN
, declaró Verrilli.
En este caso, algunas de las patentes de Myriad sobre el ADN complementario –es decir, la copia de ácido desoxirribonucleico de una célula sintetizada artificialmente– podrían sobrevivir.
Cerca de 20 por ciento de los 240 mil genes humanos son objeto hoy de una patente, entre ellos algunos vinculados con la enfermedad de Alzheimer o diversos tipos de cáncer. Estas patentes son a veces propiedad de empresas privadas pero también de universidades y de institutos de investigación que buscan mantenerlos en esferas públicas para impedir que las empresas se las apropien.
La Suprema Corte emitirá su fallo a fines de junio.