Juan Manuel Llop renunció al Huracán tras las recientes agresiones en el vestidor
No quería irme así, pero me voy porque me lo pidió mi familia, señaló el entrenador
Domingo 21 de abril de 2013, p. a13
Buenos Aires, 20 de abril.
La violencia de las barrasbravas, grupos de choque organizados que manejan negocios turbios, mantienen en vilo al futbol argentino con una sucesión de hechos sangrientos cada fin de semana.
La violencia se recrudeció estos días y forzó a la renuncia del técnico del Huracán, Juan Manuel Llop, así como a la postergación del partido que su equipo debía jugar este domingo ante Atlético Tucumán por el torneo del Ascenso.
Lo que pasó es un hecho lamentable porque no quería irme así. Me siento vacío por no poder terminar lo que tenía en mente. Me voy porque me lo pidió mi familia
, dijo el entrenador, quien dejó al equipo tras dirigirlo 58 partidos, con 19 triunfos, 15 empates y 24 derrotas.
Cuando bajaron de los autobuses que los traían desde Mendoza, donde habían presenciado la eliminación en tanda de penales del Huracán ante Godoy en la Copa Argentina (el pasado jueves), unos 150 barrasbravas desembarcaron en el vestuario del Globo.
En una actitud amedrentadora agredieron, robaron y amenazaron a jugadores del plantel dentro del estadio Tomás Ducó, en hechos que las cámaras de seguridad no registraron porque estaban apagadas, dijo la dirigencia.
Alrededor de 150 personas entraron el estadio, rompieron cuatro o cinco autos estacionados; a jugadores les robaron dinero, celulares y ropa. Hubo amenazas y le pegaron un cabezazo a uno de ellos
, denunció ante la prensa el presidente del club, Alejandro Nadur, pero luego no lo ratificó ante la justicia.
“La salida de Llop puede entenderse como una derrota del futbol argentino. No era querido por la barra porque en reiteradas ocasiones se negó a darles dinero. Por eso tuvo varios incidentes con el grupo de violentos de Parque Patricios”, señaló una información del diario La Nación.
En otro episodio del viernes, se registró un enfrentamiento entre hinchas y la policía frente al estadio de Colón de Santa Fe con un saldo de siete heridos, entre ellos cinco policías, así como siete autos de las autoridades destrozados y un barrabrava del equipo detenido, cuyos aficionados ya han protagonizado incidentes graves.
“Las barras tienen cada vez más poder, al punto que son capaces de decidir la ida de un técnico, apelando a sus modos brutales. Un dominio que crece al amparo del apoyo que les dieron y siguen dando dirigentes políticos y deportivos”, señaló Gustavo Yarroch, periodista especializado en el tema, del diario Clarín.
Según Yarroch, esos grupos tienen la impunidad que les permite hacer de los negocios que genera la tribuna su modo de vida
.
La violencia se extiende sin distinción entre las categorías, como sucedió el pasado jueves en un partido clave por el ascenso a la serie B Nacional jugado en la provincia de San Luis.
El árbitro Miguel Mazón fue agredido y golpeado por hinchas y dirigentes del club local Juventud, quienes lo esperaron frente al vestuario tras caer 2-0 ante Talleres de Córdoba.
En lo que va de 2013 hubo dos crímenes relacionados con la violencia en el futbol y se investiga si otra muerte está vinculada.
Según el recuento no oficial de la ONG Salvemos al Futbol, por esta causa se registraron 11 muertes en 2012 y un total acumulado de 178 desde 1972.