Domingo 28 de abril de 2013, p. 32
La bacteria se incuba en cuatro días en promedio y la gravedad que puede alcanzar se explica porque tiene una evolución rápida, igual que las complicaciones, sobre todo en pacientes con bajo sistema de defensas. Algunos síntomas del padecimiento son: fiebre, escalofríos, cambios en el estado mental, náuseas, vómitos, sensibilidad a la luz, dolor de cabeza intenso, rigidez en el cuello y moretones en la piel.
El infectólogo Demóstenes Gómez Barreto advirtió que estas dos últimas son síntomas de la gravedad de la infección.
En los bebés y niños se puede presentar agitación, fontanelas abultadas, alimentación deficiente e irritabilidad, respiración rápida y postura inusual de cabeza y cuello (arqueados hacia atrás), de acuerdo con datos de los Institutos de Salud de Estados Unidos.
Algunas de las complicaciones de largo plazo que según el organismo se presentan en la mitad de todos los pacientes son daño cerebral, acumulación de líquido entre el cráneo y el cerebro (derrame subdural), sordera, hidrocefalia (agua en el cerebro) y convulsiones.