romover y justificar leyes para abrir oportunidades a fin de que pocos hagan negocio apoderándose de la riqueza humana y natural del país, o de sus empresas públicas (y no para vencer, con una nación en paz, los graves retos que enfrenta México ante una crisis multidimensional, económico-ecológica, alimentaria, energética) es el meollo de los programas de ajuste estructural
(PAE) del FMI-BM-BID operados desde Hacienda.
Los voceros de los PAE –entre ellos la cúpula multipartidista del pacto
– recurren a conjuros neoliberales que a la menor provocación son recitados en cada entrevista radiofónica y televisiva. Desde hace 30 años invocan una globalidad, modernidad, libre mercado y bienestar
que sólo llega a los de la lista Forbes.
Al roído discurso del globalismo pop, ahogado en creciente pobreza, hambre y la malnutrición inducida por grandes emporios de alimentos ultra-procesados, se agregan los eslogans de los PAE para educación, finanzas, energía, seguridad e infraestructura y de un electorero combate a la pobreza y al hambre
, entre otros: reformas estructurales
, emprendedores
, ciudades globales
, más competitividad
, Public/Private Partnerships
(PPP).
Frágiles hojas de parra que ocultan la entusiasta sujeción de la cúpula política al núcleo de los PAE, que es impulsar los intereses vitales y la prosperidad de la clase dominante de Estados Unidos, sus monopolios y socios locales de cara a un Siglo XXI que, como reconoció el jefe del espionaje de Estados Unidos ante el Senado, se caracteriza por retos mayores para acceder a recursos naturales estratégicos –gas, petróleo, minerales, agua, biodiversidad– y tomar medidas ante “eventos ocasionados por un clima extremo: inundaciones –por copiosas lluvias o elevación de niveles oceánicos– sequías, olas de calor, que afectarán el flujo de alimentos y los mercados de la energía, exacerbando flaquezas estatales, forzando la migración y provocando huelgas, desobediencia civil y vandalismo” (Worldwide Assessment 18/IV/2013) pero por los estrechos lazos entre Pentágono y big oil, ni pío sobre gases con efecto invernadero.
La agenda empresarial de los PAE y del Acuerdo Trans-Pacífico (TPP) avalado por Peña, arrasa la soberanía, los derechos laborales, ambientales y del consumidor, involucrándonos en el temerario belicismo de Estados Unidos en Asia. Los PAE y la adhesión al TPP fueron pactados en lo oscurito, haciendo de San Lázaro otro adorno del Ejecutivo. Así enajenaron las funciones de crédito y depósito, vitales a desarrollo, empleo y estabilidad. En 1994, antes de su entrega a la banca foránea, documenta Carlos Fernández-Vega (La Jornada 25/4/13 p.31) el crédito otorgado por la banca nacional al sector productivo superaba 40 por ciento del PIB. Casi dos décadas después, a duras penas significa 7.6 por ciento
.
Los costos han sido tan inmensos y trágicos como descomunal el saqueo a favor de matrices extranjeras: pulverización de encadenamientos productivos, primarización, desempleo, desnutrición, violencia criminal y migración forzada, reprimida por los que diseñan los PAE. Analistas del Legislativo indican que si el crédito al sector productivo se hubiese mantenido como ocurre en otros países de la OCDE, en los últimos seis años México hubiera crecido más del doble de lo que lo hizo: 1.8 contra 4.4 por ciento
(Ibid).
Los conjuros sirven para dominar, no convencer. Dan autoestima a los operadores del pillaje de cientos de empresas públicas, ferrocarriles, teléfonos, reserva mineral y lo que sea para hacer lana, incluida la venta de litorales para que extranjeros compren propiedades en unas playas ahora sometidas a vaivenes climáticos extremos. (Los promotores del negociazo olvidan que detrás de los baby boomers está la Cuarta Flota repleta de naves para el control de litorales).
¿Qué tienen las PPP del Banco Mundial (BM) que atraen tanto a los políticos? A pocos escapa el alto costo electoral de los gasolinazos –de los que Mancera nada dice cuando aumentaron los precios del transporte– o de los diarios recordatorios que recibe Ebrad por la PPP de la Supervía. Por lo que se refiere al esquema alimentario/electorero del BM articulado por Peña desde Sedeso, a diferencia de Brasil, utiliza las PPP ignorando graves advertencias vertidas en estudios de primer nivel científico. Moodie, Stuckler, Monteiro et al (The Lancet vol 381, No 9867, Feb 2013) señalan el gran riesgo que acarrean para la salud de la población los paquetes de nutrición basados en la autorregulación y las PPP
con trasnacionales promotoras de alimentos ultra procesados (¿Nestle, Pepsi?).
Coda: por la crisis constitucional, crímenes e impunidad internacional de Estadod Unidos, mejor seguir una cautela que evite el ahogo bilateral y el intervencionismo, retomando el control de la política económica y de seguridad. Los PAE, calificados “empréstitos de sobornización” por Joseph Stiglitz, ex alto cargo del BM, socavan el interés público nacional de México.