‘‘Firmé conociendo los riesgos y para que la izquierda no se automarginara’’, dice
Ausentes, ex dirigentes y gobernadores del sol azteca; el nombre de López Obrador, casi proscrito
Lunes 6 de mayo de 2013, p. 7
De la intransigencia democrática en los tiempos del salinismo a la reivindicación del Pacto por México. En las evocaciones del dirigente nacional del Partido de la Revolución Democrática (PRD), Jesús Zambrano, con ocasión del 24 aniversario de la fundación del sol azteca, el recorrido histórico desemboca en la justificación de la firma de este instrumento polémico en el interior del organismo político.
‘‘Firmé el Pacto por México conociendo los riesgos que esto implicaba; lo hice para que la izquierda no se automarginara y no fuera marginada’’, dijo. Habló en singular, como para no involucrar a sus correligionarios, muchos de los cuales son abiertos críticos de su actuación. Se dijo convencido de que sólo así se impulsarían las reformas que requiere el país.
La alusión no arrancó ningún aplauso, ni siquiera cuando aseguró, ‘‘con claridad’’, que el sol azteca –‘‘que lo escuche el senador Emilio Gamboa’’– no avalará ninguna reforma que vaya en contra de los derechos y libertades de la sociedad, ‘‘que dañe nuestra soberanía y vulnere nuestra democracia.
‘‘Rechazamos la privatización de Petróleos Mexicanos (Pemex) y del sector energético; nos opondremos al cobro de IVA en medinas y alimentos, al mismo tiempo que impulsaremos una reforma hacendaria de carácter progresivo.’’
Casi un cuarto de siglo del partido en el que no se convocó ni siquiera a los ex dirigentes –los que aún se mantienen dentro–, a excepción de Pablo Gómez, ni a los gobernadores emanados de sus filas. Reivindicado el Distrito Federal como la ‘‘gema de la corona’’, por los 16 años de gobierno perredista, ninguno de los ex jefes de Gobierno asistió, como no lo hicieron los jefes de las corrientes, en tanto que la asistencia de legisladores fue muy escasa.
Realizada en el ex convento de San Hipólito, la celebración sólo tuvo tres oradores y un video en el que se presentó una peculiar visión de la historia del PRD, mediante decenas de entrevistas que rememoran sus gestas ‘‘históricas’’; la figura de Cuauhtémoc Cárdenas, asociada a 1988 y al primer triunfo en la capital, y los aportes de Heberto Castillo a la construcción del partido del sol azteca.
Una historia donde prácticamente no existe Andrés Manuel López Obrador, nombre casi proscrito en el acto. Sólo uno de los entrevistados lo mencionó tangencialmente, tras recordar ‘‘el triunfo del ingeniero y después el de López Obrador’’ en la ciudad de México. Demasiado reciente la principal escisión que ha tenido el partido en sus 24 años de historia, como para recordarlo, se dijo por ahí.
En su ‘‘revisión histórica’’ del PRD, Zambrano Grijalva habló en abstracto al referirse a aquellos años que tuvieron como protagonista al tabasqueño. ‘‘En 2005 impedimos el desafuero del jefe de Gobierno y defendimos los derechos democráticos’’. Así nada más, sin mayores detalles.
‘‘En 2006 realizamos la movilización más grande e importante de resistencia civil por el respeto al voto ciudadano y contra el fraude electoral’’, sostuvo Zambrano, quien en su referencia al Pacto por México no omitió alusiones a la disidencia interna al respecto: ‘‘Agradezco a quienes, estando en contra de este pacto, han mantenido sus críticas y debaten en el marco institucional propio de un partido democrático’’, dijo.
De entre ellos, el secretario general, Alejandro Sánchez Camacho, fue el único de los oradores quien, en ocasión de la fecha, matizó sus descalificaciones al acuerdo firmado con el gobierno de Enrique Peña Nieto.
‘‘Nos parece altanero que el coordinador del Partido Revolucionario Institucional en el Senado, Emilio Gamboa Patrón, mencione que con pacto o sin él, las reformas van. Le decimos que no se trata de imponer, sino de construir los acuerdos que requiere la nación para su crecimiento, pero si insisten en entregar Pemex a manos privadas y en cobrar impuestos en la comida y los medicamentos, de una vez les advertimos que en nuestro partido, el PRD, hemos cerrado filas en contra de esta agresión y esas reformas no van a pasar’’.
No hubo más de 300 personas en el lugar celebrando el aniversario 24 del partido del sol azteca, en ocasión de lo cual, en entrevista, Zambrano hizo autocrítica: ‘‘Se requiere de una revisión de las formas de convivencia interna. Se necesita un partido abierto a la sociedad y que no consuma tanto su energía en las disputas internas’’.
Por su parte, el coordinador de los senadores perredistas, Miguel Barbosa, reivindicó la línea dialogante de su partido.
–¿No se han vuelto paleros del gobierno? –preguntó un reportero al legislador.
–La pregunta es ofensiva, ojalá puedas preguntar de otra forma. Somos una izquierda que propone, dialoga, pero no una izquierda a modo.
–¿Históricamente es la vez que han tenido mayor cercanía con el gobierno? –le insistió el comunicador a Barbosa.
–Si tú no asumes que en este momento lo que la sociedad quiere es que las fuerzas políticas construyan, no estás entendiendo. La sociedad quiere no quiere una izquierda rupturista, catastrofista, radical, quiere una izquierda que proponga, que dialogue –concluyó.