Hasta las celebridades son mortales. Comparten los mismos genes con nosotros y tampoco ellas pueden escapar a la herencia. Angelina Jolie reveló que se sometió a una doble mastectomía cuando le advirtieron que tenía 87 por ciento de probabilidades de desarrollar cáncer de seno. Ahora, su sereno y elegante relato acerca de su encuentro con su propia mortalidad servirá de aviso e inspiración para millones.

La actriz de Hollywood eligió revelar, en un artículo en The New York Times, su decisión de someterse a una cirugía radical para que le extirparan los senos, opción que miles de mujeres en otros países han tenido.

La declaración pública de Jolie acerca de su historia clínica dará un fuerte impulso a la prevención del cáncer de seno y a las organizaciones consagradas a ese fin. Es probable que su caso arroje luz sobre la ciencia del diagnóstico genético y los perfiles de ADN, que cada vez permiten identificar más pacientes con alto riesgo de padecer enfermedades hereditarias para tomar medidas preventivas.

Los genes BRCA1 y BRCA2 fueron los primeros en ser identificados en los cánceres de seno y ovario, hace más de 20 años. La presencia de versiones defectuosas de esos genes eleva al menos 50 por ciento el riesgo de padecer las enfermedades; la proporción exacta depende de otros factores.

Así como el riesgo varía de mujer a mujer, la respuesta puede ser diferente. No todas las mujeres que enfrentan esos riesgos incrementados tendrán que tomar decisiones tan radicales como Jolie. Algunas quizá tengan que modificar su modo de vida, someterse a mamografías o resonancia magnética, o comenzar un régimen de medicamentos preventivos.

Apenas en enero pasado, el Instituto Nacional para la Excelencia Clínica del Reino Unido recomendó por primera vez que a las mujeres en alto riesgo de cáncer de seno se les prescribiera tamoxifen o un fármaco relacionado, como medida preventiva.

Jolie optó por la cirugía por la mayor seguridad del resultado. Los médicos le dijeron que su riesgo se reduciría a 5 por ciento si le quitaban los senos. Si se retira la mayor parte del tejido donde el cáncer se desarrolla, se elimina la mayor parte del riesgo.

Brad Pitt y Angelina Jolie en la 84 entrega de los Premios de la Academia, en febrero de 2012Foto Ap

Ella eligió una cirugía que preserva los pezones: una de las decisiones más duras que las mujeres en su situación tienen que tomar, pues implica dejar algo de tejido de las mamas.

Luego de cirugía reconstructiva con implantes, sus senos tendrán un aspecto normal, lo cual, dijo, es importante para tranquilizar a sus hijos. Pueden ver las pequeñas cicatrices y eso es todo. Todo lo demás es mami, la misma de siempre, escribió.

La máxima protección de la cirugía se logra retirando la máxima cantidad de tejido. Pero retirar el pezón desfigura, y muchas mujeres se niegan a dar ese paso.

Las pruebas genéticas como la que se realizó a Jolie son cada vez más comunes. Ya es posible detectar la presencia de mutaciones genéticas específicas de diversos tipos de cáncer, como los de útero, intestino, estómago y vejiga.

La presencia de un gen defectuoso hereditario puede elevar el riesgo de enfermedad entre 10 y 60 por ciento. La siguiente etapa es el perfil genético, que ofrece a los pacientes análisis personales de riesgo para predecir sus probabilidades de desarrollar enfermedades y permite a los médicos diseñar tratamientos a la medida de su herencia genética.

Un ejemplo temprano fue ofrecido por Greg Lucier, jefe ejecutivo de Life Technologies, la empresa californiana que fabrica máquinas para leer el genoma humano, quien se sometió como conejillo de Indias para probar la tecnología que promueve.

Su perfil genético reveló varias sorpresas, entre ellas que portaba una mutación vinculada con el cáncer de seno, lo cual podría ser importante para su hija adolescente. También portaba una mutación ligada a la enfermedad de parkinson, la cual padeció su madre.

Pero si el cáncer de seno es tratable mediante exámenes, medicamentos o cirugía, no hay medidas preventivas contra el parkinson, lo cual ilumina una de las desventajas de las pruebas genéticas: ¿sirve de algo saber que se tiene alto riesgo de padecer una enfermedad terminal cuando no se puede hacer nada al respecto?

© The Independent

Traducción: Jorge Anaya