La coalición de cultivadores de jitomate asiste a la asamblea de accionistas de la empresa
Ejecutivos de la cadena de comida rápida ofrecen respuestas engañosas
, acusan los líderes
Viernes 24 de mayo de 2013, p. 25
Nueva York, 23 de mayo.
La Coalición de Trabajadores de Immokalee presentó una petición con más de 90 mil firmas ante los ejecutivos y la asamblea de accionistas de la cadena de comida rápida Wendy’s realizada en esta ciudad, acompañados de líderes de organizaciones nacionales cristianas y judías, del movimiento de alimento justo y de derechos humanos incluida Kerry Kennedy, en la que denuncia la renuencia de la empresa a sumarse al Programa de Comida Justa, el cual ha logrado mejorar por primera vez las condiciones laborales de los jornaleros de la industria del jitomate, en su mayoría inmigrantes latinoamericanos.
Wendy’s es la única de las cinco principales cadenas nacionales de comida rápida que ha rechazado el Programa de Comida Justa, elogiado por la Organización de Naciones Unidas, la Casa Blanca y figuras como el ex presidente Jimmy Carter y el Centro Robert F. Kennedy por Derechos Humanos (el cual encabeza Kerry Kennedy, hija de Robert) como una de las iniciativas más exitosas en abordar los abusos contra los jornaleros.
El programa es un pacto histórico entre jornaleros, cultivadores de jitomate de Florida (principal productor del país) y 11 empresas nacionales de la rama alimenticia en el que se implementan mejores normas laborales y protecciones, más un pago extra de un centavo por libra que resulta en incrementos significativos en el pago a los trabajadores. El programa es considerado por muchos como uno de los éxitos más importantes en materia de derechos humanos en Estados Unidos.
Hace cuatro años todo esto era sólo un sueño, que algún día lograríamos cambiar las condiciones de abuso que pisoteaban nuestra dignidad, pero ahora se aplica un programa formulado por jornaleros que está transformando todo esto en los campos de Florida
, declaró Gerardo Reyes, uno de los dirigentes de la Coalición de Trabajadores de Immokalee (CIW), en conferencia de prensa poco antes de ingresar a la asamblea de accionistas de Wendy’s en un lujoso hotel en Manhattan para presentar las demandas.
Elbin Pérez, del CIW, comentó que se han destinado más de 10 millones de dólares al programa a través de los acuerdos con los cultivadores y las empresas que compran la mayoría del jitomate de Florida, y que ahora existe un mecanismo efectivo de solución de quejas, que incluye frenar el acoso sexual a las trabajadoras, lo cual se está ampliando por el estado.
Kerry Kennedy recordó que fue hace 40 años que su padre compartió el pan con César Chávez, el legendario líder de jornaleros en California, y que ahora esa lucha sigue con los esfuerzos del CIW. En comentarios a La Jornada poco después, a Kennedy se le preguntó qué era lo más importante de esta lucha, y afirmó: si le preguntas a la mayoría de los estadunidenses cuándo se anuló la esclavitud aquí, te responden que después de la Guerra Civil o algo así. Pero les tendrías que decir de que ha habido no uno, no dos, sino siete juicios exitosos bajo las leyes antiesclavitud que han liberado a más de mil personas en los últimos 10 años en Florida. Eso es lo que estamos enfrentando, eso es lo que se está cambiando con estos esfuerzos
.
Al salir de la asamblea, Reyes declaró a La Jornada que el ejecutivo en jefe de Wendy’s, Emil Brolick, ofreció respuestas engañosas
a los accionistas, infiriendo que la empresa ya participa en el Programa de Comida Justa, cuando el hecho es que no participa ni ha firmado ningún acuerdo. Nosotros los trabajadores presentamos la verdad mientras el ejecutivo en jefe ofreció respuestas engañosas a sus propios inversionistas
, dijo Reyes, quien formuló la pregunta en la sesión sobre este asunto. Indicó que después de hoy, el CIW intensificará el movimiento con los comités de comida justa que florecen en cada vez más esquinas del país para presionar a Wendy’s. Si el pasado es referente, el CIW ha triunfado al final de estas batallas.
La Coalición de Trabajadores de Immokalee, formada por inmigrantes mexicanos, centroamericanos y caribeños, ha logrado mediante campañas nacionales en coalición con iglesias, estudiantes y activistas comunitarios, negociar acuerdos sin precedente con algunas de las empresas más poderosas del país, como McDonald’s, Burger King, Taco Bell y cadenas de supermercados.