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La galería López Quiroga presenta exposición conmemorativa por su cumpleaños 80

México sigue siendo surrealista y siempre lo será: Alan Glass

Ese movimiento transformó el siglo pasado, dice el artista a La Jornada

Leonora Carrington, Remedios Varo, De Chirico, Dalí y Max Ernst, de nacimiento, cultivaron esa corriente estética

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Alan Glass (Montreal, 1932) es uno de los últimos surrealistas en el país, según manifiesta a La Jornada. El artista en imagen del año pasadoFoto Cristina Kahlo
 
Periódico La Jornada
Martes 28 de mayo de 2013, p. 4

México continúa siendo surrealista, y siempre lo será, expresa a La Jornada Alan Glass (Montreal, 1932), artista y seguidor de esa corriente.

Con motivo de sus 80 años, que cumplió el 30 de junio del año pasado, en la Galería López Quiroga (calle Aristóteles 169, colonia Polanco), se presenta una exposición.

El fundador del surrealismo, André Breton, quien se percató de lo surrealista del país, “siempre decía, ‘si vuelvo a viajar será a México’. Era su país favorito”, apunta Glass, quien es conocido por sus cajas arte objeto.

La muestra Alan Glass: en sus 80 años también está dedicada a Bretón, como a los poetas Benjamín Peret y Saint-Pol Roux.

A Breton, porque estoy endeudado con él, al igual que cualquier surrealista. Fue un gran poeta, pero en el sentido que aprecio: su obra sugiere muchas imágenes, explica Glass.

A Peret por ser quien me presentó con Breton y se encargó de mi primera exposición en París, en 1958, y a Saint-Pol Roux, precursor de los surrealistas, pero poco conocido incluso en Francia.

Compuesta de 73 obras, entre cajas y vitrinas con objetos, gouaches sobre papel, collages, esculturas en bronce, intervenciones y dibujos, la mayoría de las piezas fueron hechas después de su retrospectiva de 2008 en el Museo de Arte Moderno.

Alan Glass no exhibe con frecuencia, en gran parte debido a que tarda en elaborar sus cajas. Traspasar el umbral de su casa de la colonia Roma, donde tiene lugar la entrevista, es adentrarse en las entrañas del mundo fantasioso de la fabricación de sus objetos.

Hoy día parece haber un renovado interés por el surrealismo, aunque Glass, perteneciente a una tercera generación, se considera de los últimos.

Aparentemente hay pequeños movimientos aquí y allá. Creo que en Estados Unidos, la República Checa, París, pero en cuanto a un movimiento en torno a la figura de André Breton, al morir éste, quedó como un capítulo cerrado. De otro modo hay personas aún vivas que estaban a su alrededor y continuaron trabajando.

Glass recuerda que el surrealismo existía antes de que fuera apodado así y continuará. “Las personas –asevera– lo conocen de manera superficial, dicen, ¡oh, Dalí, Max Ernst y unos cuantos nombres más!, pero desconocen que tuvo que ver con lo político al igual que lo artístico, la escritura, la poesía, en una posición hacia el mundo.

“Fue un movimiento que transformó todo el siglo XX. Los surrealistas cambiaron la mentalidad. Ahora, ha sido adaptado e integrado a la vida cotidiana y muchas veces mal interpretado.

Sin embargo, soy de la idea de que fue un gran movimiento que transformó la manera de ser, de vivir, de percibir las cosas. Para mí es aún válido hoy día.

–¿Cada artista entendió el surrealismo de modo personal?

–Para mí, uno nace surrealista. Hay personas que llegan al surrealismo porque han leído todos los libros, los textos, los manifiestos, aunque no es lo mismo. Pero, de repente logran juntarse como un imán que los atrae.

Bronces con estiércol de vaca

–En su opinión, ¿quienes serían los surrealistas de nacimiento?

–Leonora (Carrington) fue una surrealista de nacimiento, también Remedio (Varo). Obviamente (Giorgio) De Chirico, quien fue uno de los primeros y, al parecer (Salvador) Dalí. Max Ernst, absolutamente.

–¿Quiénes llegaron al surrealismo por medio de la lectura?

–Muchas de las personas que son autoridades en el tema. Los artistas, no. La mayoría de los artistas no hablan del surrealismo, suelen ser muy silenciosos acerca de lo que hacen. Para mí su trabajo lo dice todo.

Glass nunca se ha considerado escultor, sin embargo la muestra incluye nueve bronces que prefiere llamar objetos, titulados Bouses de vaches, que significa estiércol de vaca.

Esos objetos se exhiben sobre bases de diferentes alturas, cada una con su respectivo cojín de terciopelo azul oscuro.

Completa el conjunto una vaca de fibra de vidrio, La vía láctea, que ha sido intervenida. Con esta pieza Glass participó hace unos años en Cow parade, pero por la ubicación de su obra es probable que pocas personas la vieron.

Los bronces realmente fueron fundidos con base en estiércol de vaca. El artista explica que donde suele ir al campo, a Villa del Carbón, estado de México, había una vaca con la que se encariñó, luego recogió su excremento y lo secó para luego fundirlo en bronce.