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La obra tiene futuro; queremos llevarla a más gente, dijo Jesusa Rodríguez, directora escénica

Con gran éxito, concluyó la corta temporada de Las cartas de Frida

Muestra una visión más humana de la pintora , quien ha sido maltratada y manoseada, hasta convertida en mercancía, dice la actriz

La compositora Marcela Rodríguez se inspiró en las misivas de la artista para escribir la ópera de cámara, interpretada por la soprano Marcela Pereda

 
Periódico La Jornada
Lunes 3 de junio de 2013, p. 5

Todo un éxito resulto la “ópera de toilette” Las cartas de Frida, de Marcela Rodríguez, que anoche finalizó su temporada en el Foro Sor Juana Inés de la Cruz, del Centro Cultural Universitario.

Con la dirección escénica de Jesusa Rodríguez y Clarissa Malheiros, desde la tercera de las siete funciones que duró esta temporada de estreno se agotaron las localidades, gracias a la afortunada respuesta del público.

Sentimos que la obra tiene futuro, hay mucha gente que la quiere ver y eso es lo mejor que puede pasar. Buscaremos la forma de hacerla popular para que los jóvenes la puedan ver en los Faros (Fábrica de Artes y Oficios) y gente que no tiene acceso a estos teatros, expresó Jesusa Rodríguez a La Jornada.

Para Jesusa, el éxito más grande de Las cartas de Frida consistió en la atmósfera de trabajo generado por los actores Natyeli Flores, Roldán Ramírez y Carlos Brown.

La soprano Catalina Pereda se encargó de dar voz a las cartas de la pintora Frida Kahlo, en las que se inspiró la compositora Marcela Rodríguez para escribir esta ópera de cámara.

La escenografía de este montaje, estructurada con papel en gran formato, en blanco, tiene un significado especial; mediante proyecciones de video se reflejaban en el papel en blanco las misivas manuscritas que escribió Frida Kahlo a lo largo de varias décadas de su vida, en las cuales refleja diversas facetas de su personalidad y su historia profesional.

El papel utilizado en las sietes funciones fue facilitado por el periódico La Jornada. Se trata de los rollos de papel conocidos como colas, informó Jesusa Rodríguez.

En el montaje, Rodríguez retoma la figura de Frida Kahlo para mostrar una visión más humana de la artista, pues considera que ha sido muy maltratada y manoseada, incluso la han convertido en mercancía. Nos interesó mostrar otra cara de la pintora.

Foto
Un momento de la ópera, donde se puede apreciar parte de la escenografía elaborada con rollos de papel periódico proporcionados por La Jornada Foto María Meléndrez Parada

La obra, que consta de un solo acto, presenta diversas facetas de la vida de Frida en arias que hacen referencias a la música mexicana, como la canción ranchera.

Las cartas de Frida se desarrolla en la tina de baño de la pintora. La actriz protagonista aparece acompañada por dos actores que interpretan a los personajes que vemos en las pinturas de Kahlo, como los famosos changuitos o los cotorros, además de un enorme Judas.

A lo largo de la ópera se recrean algunos de los cuadros más famosos de Frida Kahlo, como Las dos Fridas, El suicidio de Dorothy Hale y Lo que el agua me ha dado.

Este montaje pone de manifiesto que la vida cotidiana es, quizás, lo más surrealista que cualquier persona puede experimentar, comentó a La Jornada la compositora Marcela Rodríguez. Aunque Frida haya sido clasificada como surrealista, ella siempre lo negó.

En escena se presentan objetos utilitarios de la artista, como la silla de ruedas de Frida, el corset, la tina de baño, el lavabo y el vestido de tehuana.

Escrita para nueve instrumentos, una soprano y tres actores, esta “ópera de toilette” presenta un sincretismo entre minimalismo y posmodernismo, y crea texturas de color típico mexicano y a la vez contemporáneo, enriquecidos por el uso de la trompeta y la percusión en juego con los demás instrumentos.

El Ensamble Tempus Fugit fue el encargado de interpretar la partitura.

Las cartas de Frida es una propuesta impactante en la medida en que la escenografía realizada en papel es efímera y refleja la fragilidad de la vida de la protagonista.