Jessica Kika Chávez miró fijamente a la argentina Yesica Bopp –campeona minimosca por la Organización Mundial de Boxeo y por la Asociación Mundial de Boxeo–, quien cuatro años antes la había vencido. Desde aquel combate no se habían visto a los ojos. En esa ocasión la mexicana perdió por decisión unánime en su visita a Argentina; esta vez fue distinto: Kika sintió el miedo de Bopp. La vio asombrada por los cambios de la personalidad, por la seguridad con la que le plantó la mirada, por los cambios físicos, hoy Kika tiene 24 años y un cuerpo mucho más fibroso.

Sentí su miedo y me di cuenta que estaba muy sorprendida en todo lo que yo había cambiado, relata la Kika un día después de que se enfrentaron por segunda ocasión, esta vez en Ecatepec, donde la mexicana venció por decisión unánime en un combate entregado y sufrido, pero que no dejó espacio para las dudas.

Desde que nos volvimos a ver unos días antes de la segunda pelea, supe que ya le había ganado, dice Kika con la tranquilidad de quien ya pasó sus horas de tensión máxima.

La verdad que la pelea fue mucho más fácil de lo que esperaba, porque la Bopp nunca encontró el modo y creo que se le dificultó o no estaba en su mejor momento, no sé, dice Kika, Fue una bonita venganza del destino.

Jessica Kika Chávez desea hacer historia en el boxeo femenil y por eso busca enfrentar a las mejores del mundo. En la imagen muestra el cinturón que la acredita como monarca plata del CMBFoto Notimex

Pese a la derrota, la argentina sigue como campeona vigente por la AMB y la OMB, pues los títulos no estuvieron en juego, pero lo que perdió fue el invicto, el orgullo de que por 24 peleas nadie había podido derrotarla.

Quitarle lo invicto a Bopp me sabe mucho más que los títulos, porque eso tiene todavía más valor, es una boxeadora a la que nadie había doblegado y ahora yo fui la primera, cuenta con orgullo.

Eso demuestra que en mi carrera siempre he tenido rivales reales, nunca he hecho récord enfrentando bultos, eso es para sentirse orgullosa, agrega.

Kika sí expuso su título plata del Consejo Mundial de Boxeo porque su ambición es convertirse en campeona mundial minimosca. Está convencida que este año cumplirá esa meta, pero para conseguirlo deberá enfrentar a Ibeth La Roca Zamora, quien en marzo conquistó el título en Japón. Es una peleadora muy difícil, pero yo quiero hacer historia en el boxeo femenil y para eso tengo que buscar a las más duras, e Ibeth es una de las más complicadas.

El sábado por la noche cuando dieron el veredicto que confirmaba su victoria, Kika se quebró un instante. Yo me sentí como una quinceañera, con esa emoción, y como si acabara de bailar mi vals... era mi fiesta, dice la vencedora, que unos días antes saboreó la victoria con una mirada.