Brasilia, 14 de junio.

Brasil abrirá este sábado frente a Japón la disputa por la Copa Confederaciones 2013, en el estadio mundialista de Brasilia, con la etiqueta de favorito y con toda la torcida pendiente de que su estrella Neymar brille por fin con la seleçao.

El Scracht do Ouro quiere su primera victoria en la cancha del estadio Nacional. Desea comenzar con el pie derecho el torneo dentro del grupo A frente a un aguerrido cuadro nipón, que con nada que perder y mucho que ganar será peligroso.

La escuadra dirigida por Luiz Felipe Scolari es uno de los representativos favoritos para conquistar el certamen y deberá demostrarlo en su primer examen.

El cuadro brasileño llega a esta competición lleno de críticas, luego de acumular una gran cantidad de empates en sus recientes encuentros amistosos, aunque la victoria de 3-0 ante Francia pudo calmar un poco la reprobación de expertos y aficionados.

En contraparte, Japón arriba a la justa cargado de ilusiones y con la motivación que le dio el hecho de tener en la bolsa con mucha antelación el boleto para el Mundial de Brasil 2014.

Aparte de Neymar, la verdeamarela cuenta con varios elementos jóvenes. También apuesta por Oscar, Hulk y Lucas Moura, entre otros. Además, este torneo será un examen en cuanto a organización y seguridad rumbo a la Copa del Mundo del próximo año.

Por otra parte, la presidenta brasileña Dilma Rousseff defendió el torneo de 2014 en una visita a la favela la Rocinha, la mayor de Río de Janeiro, en medio de protestas en varias ciudades del país que cuestionan el enorme gasto público –15 mil millones de dólares– que se ha asignado para la organización del Mundial 2014 y de los Juegos Olímpicos de 2016.

“Cuando preguntan qué ganamos con la Copa, además de la alegría del futbol, de ver a Brasil jugar, además de la Confederaciones –y nosotros todos hinchamos para que gane–, ganamos una mejora en la seguridad, en todas esas obras que también son fundamentales en las carreteras y en el metro. Puede ser en un momento para los turistas, pero por el resto de la vida será para mejorar la vida de la población de Río de Janeiro”, defendió la mandataria.

En Brasilia, unos 200 integrantes del Movimiento de Trabajadores y Trabajadoras sin Techo deberán decidir si persisten con la idea de impedir este sábado el ingreso de unos 50 mil fanáticos al estadio para el partido inaugural. Las autoridades civiles invitaron al diálogo para evitar enfrentamientos y disturbios, y advirtieron que no serán tolerantes con el relajo.