Domingo 16 de junio de 2013, p. a11
Brasilia, 15 de junio.
En medio del descontento en las calles, Brasil empezó el torneo que lo pone a prueba para el Mundial del próximo año. Lo hizo para aliviar la presión de ser anfitrión, con algunos estadios aún en obras y con la sombra de la protesta social. Mientras adentro, en el Estadio Nacional de Brasilia, se vivía como otra realidad, casi una ensoñación carnavalesca: Neymar, que sólo necesitó un gol impecable para devolver la fe a todos los que lo ven como el próximo astro del balón, llevó a la verdeamarela a la victoria de 3-0 sobre Japón en el partido inaugural de la Copa Confederaciones.
Brasil no fue aquella del jogo bonito, no hubo magia ni artificio, pero sí autoridad. Neymar fue quien devolvió la calma al conjunto de Luiz Felipe Scolari.
El golazo a los tres minutos anotado por el nuevo fichaje del Barcelona –elegido el jugador del partido– alejó los temores a un traspié inicial y allanó el camino para los tantos de Paulinho y del debutante delantero Joao Alves, Jo. Así, Brasil encabeza el grupo A, integrado además por México e Italia.
Scolari ya había advertido que una victoria en el debut sería fundamental para fortalecer la confianza del grupo y para conquistar el apoyo de la hinchada a un año de la gran prueba, el Mundial de Brasil 2014.
El partido también fue importante para Neymar, quien en los últimos meses enfrentaba duras críticas por su ayuno goleador de más de 840 minutos e inauguró el marcador con un golazo marcado con el pie izquierdo, tras recibir un pase de su compañero de ataque, Fred.
El delantero de 21 años fue ovacionado por la multitud vestida de amarillo, que colmó casi completamente las gradas del Estadio Nacional Mané Garrincha. La hinchada empezó a gritar su nombre, mientras, en el banquillo, Felipao, eufórico y aliviado, saltaba de alegría y repartía abrazos.
Japón no parecía dispuesto a rendirse y a los seis minutos obligó al portero brasileño Julio César a realizar su primera defensa difícil para rechazar un tiro libre ejecutado con precisión por Kisuke Honda.
Pero las ocasiones eran escasas de parte a parte. Japón amenazaba poco, casi siempre con Honda, mientras la canarinha, tras el gol temprano, aflojó la presión.
Brasil casi amplió a los 22 minutos, en un ataque combinado del lateral Dani Alves y el delantero Hulk, cuyo disparo de gol fue desviado por el portero Eiji Kawashima.
En los últimos minutos del primer tiempo, Hulk y Fred desperdiciaron claras ocasiones de anotar el segundo tanto.
El juego estaba lejos de ser brillante, pero eso no molestaba a los aficionados, que cada tanto entonaban el cántico tradicional de las canchas del país: Yo soy brasileño/con mucho orgullo/con mucho amor
.
Apenas se inició el complemento, los pentacampeones impusieron su jerarquía y ampliaron a los 48 minutos con un gol del mediocampista Paulinho, quien remató con un disparo de pie derecho un buen pase de Dani Alves.
En los descuentos, el delantero Jo –convocado la semana pasada para remplazar al lesionado Leandro Damiao– puso números definitivos al marcador.